Tiempo de promesas

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    “Nada puede ir bien en un sistema político en el que las palabras contradicen los hechos”, dijo Napoleón Bonaparte. Qué razón tenía este señor, porque ahora vivimos en una sociedad echada a perder. ¿Y cómo vamos a hacerle para que todo cambie? Empezando por cada uno de nosotros.
    Son muchas las promesas que ahora nos ofrecen nuestros candidatos: ¿acaso las podrán cumplir? La verdad es que ya estamos como el cuento del niño y el lobo.He oído por varias fuentes y lugares, que ni a quién irle de los cuatro.
    En años anteriores prometían que iban a reducir gastos de campaña y ahora ha estado peor. Creo que se les fue la mano. ¿En cuántos pesos sale todo eso? Millonadas, y a cuántos indígenas (huicholes y tarahumaras) hemos visto sin ni siquiera zapatos. ¿Cómo es posible que digamos estar cambiando? No vayamos tan lejos: hay que ver a nuestros alrededores, por todas partes hay necesidades.
    ¿Nuestros héroes dieron su vida por unos cuantos? Mientras que el pobre no tiene que comer, qué falta de respeto es ese desperdicio. ¿Por qué esa enorme diferencia en sueldos de los políticos y los demás? Y así llevamos décadas y más décadas y el pobre trabaja de sol a sol y éstos unas cuantas horas. ¿Qué no se dan cuenta de dónde ha venido tanta violencia? Da miedo salir a la calle, ¿cómo será para nuestros nietos? Ya se podrá uno imaginar.
    Ya es demasiado. Con eso basta y sobra: ¿no lo creen?, y lo saben, pero de nada sirve que lo sepan. Así de simple, y mientras tanto, todo seguirá igual y nos seguiremos cansando de verlos y dándonos las mismas promesas de siempre.

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