Teresita Flores

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    En principio es reservada. Accede a contar sus experiencias, luego de que sus amigas le dicen que a ellas “ya las entrevistaron” o “que se va a hacer famosa”.
    Pero luego de unas cuantas puntadas bordado, el rostro de Teresita Flores Anaya, extiende una sonrisa al recordar las experiencias vividas desde que ingresó a trabajar a la Universidad de Guadalajara, allá por 1966. Primero como secretaria, después en control de alumnos en la que se llamaba Facultad de Contabilidad. Por la Normal.
    “Éramos como una familia los que trabajábamos ahí. Había mucha polaca (política), pero eran tiempos muy bonitos”.
    Y lo bonito también tenía su lado amargo. Teresita parece escarbar en su memoria para encontrar algo. Tarda unos minutos: “Medina Lúa era presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), lo mataron por esos años”. Los pleitos entre facultades eran comunes. Derecho y Contabilidad, enemigos a muerte. “Un día llegaron con pistolas también, un maestro nos dijo que nos metiéramos a la dirección y que nos tiráramos al piso”. Los recuerdos de Teresita sobrevivieron al tiroteo. Y al paso del tiempo también.
    Con la “pequeña ayuda de sus amigos” –como diría una canción de los Beatles-, Teresita desempeñó su labor al pie del cañón. Entre esas personas que le siguen marcando la cara con una sonrisa cada que se acuerda, están la señora Rosario Covarrubias o la secretaria Lucita López. Ella misma fue egresada de contabilidad, pero prefirió incorporarse a las filas administrativas de la carrera. Tres décadas más tarde se jubiló. Pero continuó trabajando por contrato.
    ¿Extraña la Universidad? “Yo seguiría trabajando, pero no me renovaron el contrato, jaja”.

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