Tener dos madres

1188

Los avances en las técnicas para la reproducción asistida alrededor del mundo, responden a la necesidad de un sector de la población que enfrenta problemas para procrear. Parejas que por causas genéticas, ambientales o de salud se ven imposibilitadas para formar una familia, encuentran cada vez más posibilidades de tener descendencia gracias a la medicina moderna.
En México, una de cada seis parejas presenta o ha presentado algún tipo de problema para tener hijos y hasta un 10 por ciento de éstas han tenido que utilizar algún método de reproducción asistida, según cifras de diversos institutos de infertilidad como el Instituto Valenciano de Infertilidad en México.
La mayoría de los casos de parejas que reciben algún tipo de tratamiento logran su objetivo; las que no, consideran la adopción. Sin embargo, hay a quienes por la cantidad de trámites o la persistencia de tener un hijo “de su sangre” los llevan a analizar otras opciones como la maternidad subrogada.
En esta técnica, conocida también como vientre de alquiler o madre sustituta, una mujer gesta el producto fecundado por un hombre y una mujer unidos por matrimonio o que viven en concubinato. La relación entre la pareja y la mujer gestante que lleva en su útero el embrión de los padres, concluye con el nacimiento. Aunque también hay casos en el que además la mujer presta sus óvulos para la fecundación.
En algunos países puede ser un acto altruista y en otros es posible obtener ganancia por la renta del vientre. Pero en todos los casos, los padres deben hacerse cargo de los gastos de la fecundación y la inseminación, así como los gastos que el embarazo y parto generen.

Legislación
A pesar de que los casos de que la renta de vientres es una realidad en México. Tabasco es el único estado de la república mexicana contempla la figura de la maternidad subrogada en los artículos 31, 92, 165, 272 de su Código Civil.
“Se entiende por madre gestante sustituta, la mujer que lleva el embarazo a término y proporciona el componente para la gestación, mas no el componente genético. Por el contrario, la madre subrogada provee ambos: el material genético y el gestante para la reproducción. Se considera madre contratante a la mujer que convenga en utilizar los servicios de la madre gestante sustituta o de la madre subrogada, según sea el caso…”, cita parte del Artículo 92.
Mientras que el Artículo 165 otorga el derecho de que cada pareja pueda planificar la cantidad de hijos, así como el de utilizar el método de reproducción artificial que prefiera.
Por otra parte, en el Distrito Federal fue aprobada en noviembre de 2010, por la Asamblea Legislativa, la Ley de maternidad subrogada. Sin embargo, aún no está vigente ya que no se ha publicado en La Gaceta Oficial.
Tanto en Tabasco como en el caso de la Ley del DF, la maternidad subrogada está concebida como una actividad altruista, por lo que la mujer gestante no podrá recibir dinero por la renta de su vientre.
Para muchos, lo que no está prohibido está permitido, y por lo tanto recurren a este método a pesar de la falta de un marco legal que los ampare en ciertas circunstancias, como cuando la madre gestante se niega a entregar al bebé de los padres que proveen el material genético.
“Deben contemplarse varias situaciones como: qué pasaría con el niño si la pareja que contrata el niño fallece, si se pelean y ya no lo quieren, si la mujer infértil ya se volvió fértil. Creo que es importante que se regule porque es una garantía constitucional, ya que el Artículo 4º contempla que la mujer y las parejas tienen derecho a decidir sobre el embarazo, sobre la cantidad de hijos que quieren tener”, indicó Natalia Mendoza Servín, estudiante del sexto semestre de Derecho, de la Universidad de Guadalajara, quien realizó una investigación sobre este tema.
Es necesaria una regulación de este tipo en Jalisco, pero será muy difícil, indicó el maestro Francisco Jiménez Reynoso, investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG. “En países como Estados Unidos e Inglaterra sí está regulada esta práctica. Legalmente hablando firman un contrato en el que se comprometen, entre otras cosas, a entregar al niño a los padres y para que este tema se legisle en Jalisco lo veo muy difícil, porque debemos de considerar además de la formación social que tenemos, el gran liderazgo de la Iglesia católica que rechaza éstas prácticas”.

Rentar un vientre
“Si te encuentras en la búsqueda de alguien como yo, que te ayude a que muy pronto tengas un niño en tus brazos, te ofrezco mi vientre de alquiler para que juntos logremos hacer este proyecto realidad… aquí encontrarás la solución a tu problema”, publica en un foro de internet una mujer de nombre Rebeca, que dice radicar en Argentina y quien se describe a sí misma como sana, atractiva y en excelente estado de salud.
Así como Rebeca, en internet se anuncian cientos de mujeres interesadas en ser madres sustitutas. Sus edades oscilan entre los 20 y los 35 años, y en su mayoría radican principalmente en España, Canadá y algunas en México.
En Guadalajara, Deneb Martínez a sus 31 años no ha podido tener hijos porque está enferma de lupus. Para ella y para su esposo Iván Hernández, alquilar un vientre y realizar una fertilización in vitro en la madre sustituta es la alternativa más posible para poder tener un hijo. Anhelo por el que luchan desde hace poco más de dos años cuando perdieron a su bebé a los ocho meses de gestación.
Luego de enterarse de que Tabasco cuenta con legislación sobre la maternidad subrogada y después de analizar varias opciones, la pareja encontró en el Centro de Cirugía Reproductiva y Ginecología de Villahermosa Tabasco una posibilidad para su lograr su aspiración de formar una familia, por lo que contactaron al doctor Raúl Cabra, director de esta clínica.
No obstante, una vez que Iván y Deneb contactaron al médico, el primer obstáculo al que se enfrentaron fue el de encontrar a una mujer que aceptara prestar su vientre.
El especialista explica que muchas mujeres no aceptan subrogar su útero debido a “creencias culturales y religiosas propias de los latinos”. Sin embargo: “En el 80 por ciento de los casos las parejas traen a su madre subrogada. Algunas son primas, hermanas, cuñadas o amigas”.
Al iniciar el proceso de subrogación de vientre, las candidatas son sometidas a estudios psicológicos, hormonales, infecciosos, de rayos X, de hepatitis, sífilis, VIH, entre otros.
“Una vez aceptada la madre sustituta es necesario que inicie una relación directa con la madre gestante. Los interesados se ponen de acuerdo en toda la cuestión de cómo llevaran el proceso, desde apoyo económico, en dónde va a vivir, deben conocerse para que exista una confianza”, informó el doctor Raúl Cabra.
Después se inicia el procedimiento legal, proceso del cual la clínica se mantiene al margen, haciéndose cargo únicamente de la cuestión médica. En ese momento es necesario definir de quién serán los óvulos que se utilizarán, para posteriormente realizar un contrato ante notario público que establece los derechos y obligaciones de ambas partes.
Debido a que Tabasco es el único estado de la república mexicana que tiene legislada la figura de madre subrogada, el procedimiento y el nacimiento del bebé deben realizarse en esta entidad.
En países como Estados Unidos, alquilar un útero es una práctica legal. Según fuentes no oficiales señalan que a escala mundial más de cuatro mil mujeres con problemas de fertilidad han tenido un bebé alquilando el vientre de otra mujer.
Con todo, parejas como la de Iván y Deneb se enfrentan otro impedimento para tener un hijo a través de un vientre subrogado: algunas mujeres rentan su útero a cambio de un apoyo promedio de 50 mil pesos. Aún cuando la pareja biológica también se hace responsable de pagar los gastos médicos durante el embarazo y el proceso de la fertilización in vitro, el cual tiene un costo de 65 mil pesos aproximadamente.
“Lo que hay que pagar implica los 65 (mil) del proceso, mas los 50 mínimo de honorarios de la mamá, mas cinco mil de la extracción de óvulos y el costo que implica conservarlos; el viaje, hospedaje y todo eso de aquí a Tabasco quien sabe cuantas ocasiones, 4 mil del notario… Hay otros gastos que de todas formas se realizan como las consultas mensuales y el hospital para el alumbramiento. Si en ocasiones es difícil pagar el hospital, sumar todos los gastos en un lapso de nueve meses, son casi 200 mil pesos”, comentó Iván al hablar de las limitantes de esta práctica, pero insistió en que junto a su esposa se encuentra en busca de una mujer que pueda ayudarlos a convertirse en padres.

Repercusiones psicológicas
Desde el punto de vista de la psicología prenatal, campo relativamente nuevo de la psicología, los momentos tanto de la concepción como del alumbramiento, así como todo lo ocurrido durante el periodo de gestación repercuten directamente en la personalidad del bebé a lo largo de su vida.
Para esta área de la psicología, los sentimientos de soledad o inseguridad que una persona experimenta cuando es adulto provienen de un proceso de gestación en el que pudo existir rechazo por parte de los padres o al contrario, la seguridad o personalidad exitosa de alguien ser resultado de un embarazo deseado y de la formación de lazos de amor con los padres.
Situación que difícilmente puede darse en casos de maternidad subrogada, asegura una de las pioneras de la psicología prenatal, la especialista Olga Gouni, directora del centro Cosmoanelixis en Grecia, quien impartió una conferencia el mes pasado en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
“La concepción es un proceso que cuenta mucho, es el modelo para nuestras relaciones humanas en el futuro. Cuando se realiza en un ambiente sano, cariñoso, en un contexto de confianza será un requisito previo para las relaciones sanas y está muy lejos de que suceda en el caso de una maternidad subrogada”.

Artículo anteriorMarcos García
Artículo siguienteMás muertos que en las guerras