Teatro desde el interior

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La arquitectura neoclásica del Teatro José Rosas Moreno de Lagos de Moreno, fue de nueva cuenta el marco para la celebración de la edición 21 del Encuentro de Teatro del Interior, que organiza la Secretaría de Cultura de Jalisco y que se celebró la semana pasada.

Con la participación de doce producciones escénicas provenientes de poblaciones  como Ciudad Guzmán, Jalostotitlán, Etzatlán, Ameca, Colotlán, Puerto Vallarta y Lagos de Moreno, el evento mostró el desarrollo del teatro que se hace en Jalisco fuera de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Si bien el centralismo que define el acontecer político y cultural en México también se replica en Jalisco, esfuerzos como éste permiten romper esa dinámica para favorecer la ampliación y enriquecimiento de los marcos referenciales de los que parten los creadores jaliscienses dedicados al teatro.

En México, la formación y profesionalización en las artes continúa respondiendo a dinámicas de producción que privilegian a las grandes universidades y Centros Nacionales de las Artes que tienen sede en la Ciudad de México y algunas cuantas capitales estatales. Lejos de esos espacios y de sus presupuestos, lo que encontramos es que la formación en artes —y especialmente en las escénicas—  que ocurre en los pueblos, pequeñas o incluso medianas ciudades, es muy limitada y depende casi exclusivamente de esfuerzos particulares. Ante esta realidad es posible confirmar que la desigualdad del teatro mexicano sigue manifiesta.

En México, el público de teatro puede encontrarse, por un lado, con grandes producciones resultado de plataformas de coinversión, cuya estética pone en diálogo tendencias globales que integran el pensamiento contemporáneo con dispositivos tecnológicos que disparan el carácter espectacular de las producciones. Al mismo tiempo también es posible ver trabajos que sin recursos económicos y con referentes artísticos limitados, construyen un discurso sumamente local.

El Encuentro de Teatro del Interior alcanza su mayoría de edad; no sólo por el número de años que dan cuenta de su historia, sino también por los resultados que son perceptibles.  Si bien algunos de los montajes que formaron la programación de esta edición aún presentan debilidades en su factura y sus estrategias comunicativas, la mayoría de ellos demuestran el poder profesionalizante que ha tenido este Encuentro con los municipios participantes.

Año con año, Lagos de Moreno ha podido confrontar el trabajo que cada colectivo teatral produce con el de colegas provenientes de diversas localidades jaliscienses, y el resultado es notable. Si bien podemos evidenciar el progreso que han tenido grupos teatrales originarios de Puerto Vallarta o Ciudad Guzmán, por ejemplo, el teatro laguense sin duda es el que demuestra el desarrollo más notable. Su condición de sede de este evento le ha dado la posibilidad de que los actores y directores locales participen no sólo como creadores y como público de los montajes que llegan, sino también de la serie de talleres, conferencias y seminarios que lleva el Encuentro a ese pueblo mágico. A Lagos de Moreno han llegado artistas nacionales e internacionales para mostrar sus producciones o compartir saberes en algún taller. Durante la vida de este Encuentro se ha favorecido el intercambio entre teatreros jaliscienses y el crecimiento es perceptible.

Este evento evidencia el poder que poseen los encuentros artísticos y la necesidad de invertir en espacios de formación de todas las disciplinas. Esperamos que el próximo cambio de administración gubernamental no entorpezca el camino que ha llevado este Encuentro Teatral y, al contrario, lo impulse con mayores recursos.

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