Superar los obstáculos

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    La vida y la pasión de Aldo, desde joven, era el basquetbol, hasta que el 20 de septiembre de 2009 un accidente automovilístico le provocó una discapacidad por lesión medular, que lo dejó en silla de ruedas. Sin embargo, a sus 29 años, en lugar de lamentarse por la situación, vio en ésta una oportunidad de superación en otras áreas, que hoy lo han llevado a conquistar dos ultramaratones, uno de 50 y otro de 100 kilómetros.

    Luego de seis meses de recuperación del accidente, Aldo Chavarría, que tiene 37 años de edad, quiso reincorporarse al deporte, ya no al basquetbol, porque no le sabría igual, y como varios de sus amigos corrían, quiso incursionar en ese mundo. Ahora recuerda cómo en un principio no daba ni una vuelta al parque, pero poco a poco las distancias recorridas fueron aumentando y llegó el día de participar en su primera carrera de 10 kilómetros.

     “No dejé el deporte para mantener mi cuerpo en el mejor estado posible, porque entre más fuerza tenga en la parte superior de mi cuerpo, seguiré siendo autónomo. El momento que yo me tire a la cama, me va a costar más hacer las cosas. Esto es una forma de mantenerme activo, de fijarme metas y de estar como siempre: positivo, ser ejemplo para los chavos que están en silla de ruedas, porque muchos están en depresión y que vean que hay personas que se están incorporando a ciertas áreas es muy reconfortante”.

    Su semana es muy activa, pues volvió también a su antigua pasión, si bien en el nivel amatuer. Además de dedicarse a su profesión, la ingeniería en sistemas, los lunes por la noche participa con el equipo de basquetbol del Code Jalisco, los martes por la mañana acude al Parque Metropolitano y en ocasiones por la tarde hace trabajo de pista con un grupo de corredores. Los miércoles por la mañana acude de nuevo al parque y por la tarde al basquetbol; el jueves entrena doble sesión, para los viernes hacer distancia en la mañana; el sábado descansar y el domingo culmina con distancia larga.

    “Todos los maratones y ultramaratones los hice en una silla de uso diario y se recaudaron fondos para una silla de pista, por lo que será un periodo de transición para la adaptación. Espero poder participar en el maratón de Guadalajara el 5 de noviembre y si se puede, en el de Monterrey en diciembre”.

    Los esfuerzos de Aldo no se limitan a lo deportivo: decidió crear la Fundación Don Bosco Sobre Ruedas, AC, que tiene la finalidad de favorecer el desarrollo humano de personas en silla de ruedas, creando redes entre instituciones dedicadas a ofrecer cuidados médicos, atenciones asistenciales y aquellas que promueven el progreso integral, donde a prácticamente siete años de su creación han atendido a cerca de 400 personas.

    “Es ayudarles a salir adelante más rápido y una de las maneras es mediante el deporte, que no es sólo la actividad física: te da un sentido de pertenencia y empiezas a convivir más y socializar. Eso los reincorpora más fácilmente”.

    Dijo que en México, en el caso de lesión medular, te operan, te colocan las barras y te dan de alta sin una orientación. Muchos de los pacientes llegan a su casa y la familia los trata como enfermos, como si no pudieran hacer nada y todo por mala información de que no saben que pueden hacer mucho, además de que usan sillas inadecuadas.

    “Mi silla es la que debería usar una persona que diariamente la utiliza. Las otras son de traslados solamente. Las sillas deben ser hechas a la medida”.

    Los sueños para Aldo aún son muchos y están intactos. Quiere incursionar en el triatlón el próximo año con distancias sprint y olímpica, para después buscar la prueba máxima: el ironman, consistente en 3.86 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42.195 kilómetros de carrera pedestre.

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