Subempleados cuatro de cada 10 profesionales

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    Cuatro de cada 10 profesionales mexicanos que entre 1991 y 2000 cayeron en el desempleo abierto, tuvieron que aceptar puestos de telefonistas, capturistas, cobradores, taquilleros, magos, payasos, choferes, vendedores ambulantes, meseros y cantineros, así como en lavanderías.
    Los salarios que recibían eran menores a los sueldos establecidos para los cargos que fueron preparados, afirma la investigación “Educación y mercado de trabajo. Impactos de la escolaridad en el empleo y los ingresos”, de Enrique Cuevas Rodríguez, investigador del Departamento de Métodos Cuantitativos, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), con base en datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
    El investigador advirtió que las expectativas para 2006 no son halagí¼eñas para este sector: habrá escasas oportunidades de empleo y bajos niveles salariales para los 360 mil individuos que egresarán de las universidades mexicanas. Si el ritmo de crecimiento de la economía permanece en tres por ciento, la situación será aún más crítica.

    Edad y estado civil limitan
    las posibilidades
    De acuerdo con el investigador, la variable más significativa para encontrar empleo es la edad. “La posibilidad de adquirir empleo decrece conforme pasan los años.
    “En la población con estudios alcanza su máximo entre los 38 y 40 años, para después declinar. Este máximo es conseguido con mayor celeridad en las mujeres entre 32 y 35, mientras que en los hombres, entre los 40 y 44. En otras palabras, estas empiezan a reducir sus probabilidades de tener empleo a edades menores, en relación con los hombres”.
    El estado civil también constituye un factor significativo, ya que genera efectos contrarios, según el género: los hombres casados poseen una alta propensión a estar ocupados, en tanto que las mujeres casadas, en relación con las solteras, reducen su probabilidad. Incluso conforme tienen hijos sus opciones también decrecen.

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