Siempre tendremos París

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Si juntáramos toda la orina que los tapatíos producen al día, se llenarían tres albercas olímpicas diariamente. El cuerpo humano está compuesto entre 50 y 70 por ciento de agua. Si toda el agua del mundo fuera un garrafón, sólo tres cucharadas les tocarían a todos los habitantes.

Estos ejemplos fueron dados a conocer por el Coordinador General del Museo de Ciencias Ambientales, Eduardo Santana Castellón, para que se pudiera dimensionar sobre la importancia de este líquido durante el Foro “Siempre tendremos París. Agua: elemento integrador para la la residencia de ciudad, campo y bosque”.

El profesor investigador del doctorado y maestría en Movilidad Urbana, Transporte y Territorio del CUTonalá, Mario Silva Rodríguez, dijo que uno de los mayores retos es la recarga de mantos acuíferos, el correcto uso del agua de lluvia y la creación de infraestructura verde.

“En los últimos 20 años, ha aumentado la demanda de agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), ahora cada habitante consume 220 litros por día. Además de las complejidades ambientales y presupuestales, también se debe reducir la huella hídrica”, manifestó.

Recalcó que el problema del agua no es técnico sino político, para lo que se deben buscar diagnósticos desde las perspectivas de la agenda urbana, rural y tecnológica, de forma coordinada.

El investigador de la Universidad de California-Riverside, Exequiel Ezcurra, externó que los problemas del tema del agua en México son tan antiguos, que sorprendentemente no se han resuelto.

Como ejemplo recordó cómo el naturalista Alexander von Humboldt, en el siglo XIX señaló los malos procesos de gestión sobre la desecación lacustre en el Valle de México, pues veía cómo deforestaban la zona para crear canales, en lugar de reforestar para evitar la inundación de la antigua Ciudad de México.

“Es importante entender de dónde venimos y hacia dónde vamos y profundizar esa discusión. Actualmente la capital del país se abastece de las cuencas de Lerma y Cutzamala, y ya se prevé otro proyecto. Por medio de una planta se bombea con una potencia de 100 giga watts, es decir que 40 por ciento de la energía de la ciudad la usamos para traer agua desde fuera, produciendo 12 mil toneladas de dióxido de carbono al año”, compartió.

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