Sensacionalismo televisivo

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    La cobertura informativa de los medios de comunicación a las precampañas políticas, privilegia el sensacionalismo mas no las propuestas y la información sustancial de las diferentes plataformas políticas, coincidieron especialistas universitarios.
    Los noticieros incluyen la información de tipo político con una tendencia amarillista y poco analítica, aseguró el investigador del Departamento de Estudios en Comunicación Social, Pablo Arredondo Ramírez.
    “Hay mucho amarillismo en las noticias, porque el tema es presentado a manera de pequeña telenovela. La disputa entre López Obrador y “el innombrable”, la actitud pueblerina del “caballo negro”, o el pleito entre Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo, son parte de una información que puede ser explotada en términos sensacionalistas”.
    El doctor en ciencias sociales de la UdeG, Francisco Aceves González, mencionó que los medios de comunicación, en especial la televisión, incluso, alimentan las confrontaciones entre los candidatos.
    Los precandidatos y sus campañas son vistos como artículos noticiosos que dan mayor rentabilidad o raiting. En los medios prevalece el sensacionalismo, pues se dejan llevar por la nota que llama la atención y no destacan la información sustantiva de los discursos y las propuestas políticas, si es que las hay, dijo.
    Y es que los políticos, sobre todo los que buscan un puesto de elección popular, están concientes de que la televisora es uno de los principales espacios para dar a conocer su imagen.

    La mayoría tiene televisión
    Una encuesta sobre medios y audiencias en Jalisco realizada por el CUCSH, revela que el 99 por ciento de los hogares cuentan con un televisor y que ocho de cada diez, sintonizan algún programa en este medio de comunicación todos los días. Además los noticiero televisivos ocupan el tercer lugar en la preferencia de la población solo después de las telenovelas y las películas.
    “Uno de los dos aspectos centrales de las estrategias comunicacionales de los candidatos y los partidos, es la cobertura informativa que les proporcionan los medios y por otro lado el marketing político”, mencionó Aceves González, quien ha realizado estudios de monitoreo de campañas durante varios años.
    Afirmó que la cobertura informativa actual ha sido adecuada a las nuevas condiciones de la capacidad política, en la que los procesos políticos son más competitivos, no solo entre los partidos sino también al interior de estos.
    “Desafortunadamente los medios han caído en el juego de los políticos que anticiparon los tiempos de campaña desde hace unos meses. Sin embargo, están obligados a cubrir lo que consideran que puede ser una noticia y su reacción es relativamente lógica, porque estamos viviendo tiempos inéditos”, consideró Arredondo Ramírez.

    Campañas superficiales
    En los últimos años los spots televisivos han sido convertidos en el elemento central de las campañas políticas, y fueron relegados aspectos como la propaganda o las reuniones con los grupos de interés, como ocurría antes.
    Pero esto es contraproducente para los políticos, pues no solo encarece y hace superfluas las campañas, sino que además, la falta de reglamentación en ese aspecto afecta de forma negativa la calidad en el mensaje que quieren enviar, afirmó Aceves González, miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
    “La pregunta es si realmente estos mensajes nos aportan a los usuarios de los medios, los elementos para decidir nuestro voto con base al conocimiento de los programas y las propuestas o si son solo una forma de posicionar su imagen”.
    Arredondo Ramírez añadió que tiene que haber un debate social en el que “discutamos en qué nos beneficia o nos perjudica esta intensidad de cobertura publicitaria”.
    Mencionaron que los políticos tiene la idea de que entre más gasten en spots publicitarios, mayor será el número de votos que tendrán, cuando en la realidad esto no es verdad.
    “La sociedad es impredecible. Pueden pensar que por invertirle mucho a la publicidad hay garantías, pero ni siquiera está demostrado que vencer en un debate televisivo garantice ser el candidato ganador”, dijo.
    El director de la División de Estudios de la Cultura, señaló que el problema no es que quién gasta más, sino de dónde saca tantos recursos, quién se lo está dando y a cambio de qué.
    “Los partidos otorgan a su candidato un porcentaje del presupuesto, pero es obvio que hay muchos gastan más de lo que les pueden proporcionar”.
    Ante ello, subrayó es indispensable concretar una reforma electoral que regule el usos publicitario y el acceso de los partidos a los medios de comunicación, así como las precampañas.
    No obstante, coincidieron los universitarios, es probable que esta reforma no sea posible durante la presente legislatura, ya que hay un conflicto de intereses y lucha de poder con miras a las elecciones del 2006.
    “Esperemos que los legisladores tengan el interés y la sensibilidad para llevar esto a cabo”, concluyeron.

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