Cuando se presentaba el auge de las ejecuciones en la entidad, 102 al primero de junio, autoridades municipales de la Zona Metropolitana de Guadalajara y del gobierno estatal, anunciaron la fundación de un ”Centro Metropolitano de Coordinación Estratégica de Seguridad Ciudadana”, para el combate de la delincuencia organizada.
Mientras la violencia no cesa, empiezan a surgir, las opiniones en torno a la estrategia de creación del Centro para atacar a la delincuencia organizada, para que la ZMG no se convierta en otro escenario similar al de Ciudad Juárez, Tijuana, Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán.
“Si los mandos de gobierno no se ponen de acuerdo ni siquiera para metropolizar los servicios, los ciudadanos tenemos derecho a dudar de que un centro como el que se planea pueda contrarrestar a una empresa bien organizada como la del crimen que enfrentamos”, señala el doctor Dante Jaime Haro Reyes, investigador del departamento de derecho público, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Este académico —a quien se debe uno de los seguimientos más puntuales del desarrollo de la delincuencia establecida a nivel local, desde los viejos cárteles hasta la irrupción de otras fuerzas criminales en este territorio— asegura que su posible éxito se pueda fundar en la coordinación de sus promotores y su abstención de motivos políticos para administrarlo.
“Cederle una operatividad a merced de motivos políticos es dejar la puerta abierta para que la delincuencia pueda operar libremente”, pues Haro Reyes explica que la hegemonía de un solo cártel desde los setentas y rota hacia el 2000 garantizaron cierta tranquilidad durante 30 años a la ZMG, por lo que ahora se requiere analizar y combatir el fenómeno desde otra perspectiva, mas compleja y peligrosa.
Consideró que si se perciben como antecedentes las actuales operaciones de las corporaciones de seguridad, “existe un dispendio de recursos sin resultados”.
“Los integrantes del nuevo centro deben ser personas capacitadas que no respondan a ningún posicionamiento político, que tengan antecedentes absolutos de honorabilidad y que no puedan ser corrompidos, profesionales policiales, expertos en una realidad nacional de tiempo completo y que gocen de una retribución, incentivos y seguridad personal para ellos y sus familias”, sugiere.
Como otros muchos ciudadanos, Haro Reyes reflexiona que si otros organismos técnicos y ciudadanos han sucumbido “como es el caso del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) y en torno a su elección que fue un circo, maroma y teatro, acá los integrantes tendrían que resolver exámenes de oposición y otros requisitos”.
Entretanto, el investigador razona que los rompimientos originados en el cártel de Sinaloa con sus debidos antecedentes locales es lo que causa que la violencia haya irrumpido de tal forma en Jalisco y los equilibrios que antes existieron se esfumaron.
