Hace algún tiempo pensé que Rosario Castellanos era una escritora para ser leída. Ahora creo que esta promotora cultural, diplomática y emblemática escritora mexicana, debe ser releída, sucumbida y desmembrada en clases, talleres o espacios literarios, porque ella posee el encanto de husmear para provocar y excitar en los no escritores el hacer literario.
Las clases de literatura para bachillerato tienden a ser un espacio promotor de la creación literaria, y se están haciendo escenarios de forma intrínseca de la producción literaria, y estoy convencida que no basta con conocer literatura o apreciarla: es necesario ampliarla, divulgarla, estrujarla, desde las aulas…
La riqueza literaria que me permitió el estudio de plumas hispanoamericanas, hoy me orilla a apasionarme por la creación literaria.
¿Quién o quiénes? Rosario Castellanos, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Octavio Paz, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Gabriel García Márquez, Sor Juana Inés de la Cruz. ¿Un siglo de oro? ¿Un periodo archivado de los 60’s? ¿Todos ellos a la vez, o algunos que no nombré… o sólo mí adorada Rosario Castellanos? No lo sé, de lo que sí estoy cabalmente convencida es que Rosario Castellanos posee en su escritura un buen aliciente para aquellos que tenemos un espíritu de escritor. Sin resolver interrogantes como ¿por qué escribir?, ella nos confronta a las respuestas interiores que provoca su texto El escritor, ese absurdo dinosaurio.
