Redes enredosas

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    Gran parte de la difusión y la inconformidad sobre la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa ha circulado por las redes sociales; lo cual no es novedad hoy en día. Lo interesante es evaluar el impacto que tienen estas herramientas virtuales en esta tragedia real.
    El usuario de las redes sociales es bombardeado constantemente de información de sus “amigos”, de modo que se siente obligado a participar en el asunto, aunado a que la información llega al usuario a una gran velocidad. Y, dado que las redes sociales son un elemento casi indispensable para el hombre de ciudad contemporáneo, sobre todo para el joven, es muy difícil que se quede sin escuchar la novedad.
    Cabe destacar que las críticas, comentarios y quejas de un suceso cualquiera serán versátiles e ingeniosas, pero no necesariamente bien documentadas, pues todos saben que algo está ocurriendo, pero el ímpetu de mostrarles a los demás usuarios que uno está al tanto de algún acontecer es mayor que el compromiso por instruirse adecuadamente. 
    De tal suerte que nos enfrentamos a beneficios importantes, pero también a riesgos significativos dentro de la difusión por la red, que usualmente no son tomados en consideración.

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