Recuperan playas

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    En 2011 el huracán Jova terminó por colapsar la situación de la bahía de Barra de Navidad, que experimentaba, desde hacía más de dos décadas, una paulatina desaparición de la playa, generada por modificaciones no naturales. Esta crítica condición ha golpeado fuertemente al municipio de Cihuatlán en sus dos fuentes de economía, de la que la agricultura representa el 65 por ciento y el turismo el otro 35. En los últimos años la tasa de ocupación hotelera en temporada alta registró sólo el 20 por ciento de su capacidad, mientras que en temporada baja apenas alcanzó el cinco por ciento.

    Ante esta problemática, los gobiernos de Jalisco y Colima conformaron el Comité Técnico-Científico en el que la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), además de servicios generales y estatales, elaboraron un documento sobre las causas, el diagnóstico y la propuesta de soluciones para la situación en Barra de Navidad, el cual fue presentado en septiembre de 2013 ante las autoridades de ambos estados.

    Francisco de Asís Silva Bátiz, jefe del Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCsur) y miembro del comité, explica las causas multifactoriales que terminaron por romper el ciclo anual natural de depósito y erosión de la arena de las playas.

    “El río que alimenta a la laguna de Barra de Navidad es el Arroyo Seco. Todos los ríos transportan sedimentos que son arrastrados de manera natural, y luego transportados a la cuenca baja del río. El problema aquí es que la cuenca media y alta de Arroyo Seco se ha deforestado de manera importante en los últimos 30 años; actualmente el 50 por ciento está deforestada, lo que provoca que no haya retención de suelos y que éstos se vayan al cauce, a la cuenca baja y después a la laguna. De acuerdo a un estudio que hizo la UNAM en el 2007, el río Arroyo Seco está entre los 10 ríos en todo México que más sedimentos acarrea a la parte baja de la cuenca”.

    Aunado a ello, las modificaciones hechas a la laguna por los desarrollos turísticos y de servicios, al permitírseles rellenar la laguna o construir muy cerca de la playa, cambiaron el flujo hidrológico. La marea, que es el principal factor que origina la dinámica del agua dentro de la laguna, juega un papel fundamental, dado que la marea baja arrastra los sedimentos que son transportados a la laguna por el río Arroyo Seco. Esos sedimentos arrastrados fuera de la laguna por la acción de la marea, de manera natural se depositaban en la playa adyacente, es decir en Barra de Navidad. Sin embargo, las modificaciones antrópicas realizadas en la laguna alteraron este flujo natural y las mareas ya no desempeñaron su papel de desazolve natural de la laguna.

    La situación se agravó en el 2011 cuando se presentó mar de fondo (originado por tormentas o terremotos ocurridos a miles de kilómetros), que golpeó a Barra de Navidad durante 3 meses antes del huracán Jova. Ello derivó en la pérdida de 500 metros de playa y agravó aún más el asolvamiento de la laguna, que tiene efectos biológicos y ecológicos muy negativos, como la disminución del hábitat de cerca de 100 especies de peces, 25 de ellas de interés comercial.

    “En el comité primero planteamos medidas en una etapa de emergencia”, señala Silva Bátiz, “que tiene que ver con evitar que se pierda infraestructura ya existente en la playa de Barra de Navidad. y salvaguardar vidas humanas. Consisten en apuntalar todos los edificios para que no colapsen y en disminuir la fuerza del oleaje mediante la colocación de unas estructuras temporales hechas con geotubos, que se llenan de la arena que se draga de la laguna de Barra de Navidad. Esto nos da cuatro metros de altura dentro del mar para disminuir la fuerza del oleaje. Al mismo tiempo se está construyendo una duna artificial con piedras que, a través de un polímero, una sustancia inerte, serán unificadas. Finalmente, la duna se cubrirá de arena proveniente de la laguna y se verterán 100 mil metros cúbicos más en el mar para la restauración de la playa, que, al tratarse de una zona turística, es un asunto prioritario”.

    Finalmente, «se va a rellenar el mar con 100 metros cúbicos de arena de la laguna de Barra de Navidad para formar una playa, porque la economía lo requiere”.

    El desarrollo de esta primera etapa está a unas semanas de concluirse gracias al trabajo institucional y al apoyo que la población de la región ha ofrecido, con la aportación de mano de obra y hospedaje. Sin embargo, esto sólo representa una solución a corto plazo.

    La siguiente etapa contempla acciones apremiantes con alcances a largo plazo, como el dragado mayor —de 2.5 millones de metros cúbicos— de la laguna, para dejarla a una profundidad de cuatro metros, que era la que tenía hace 25 años; la recuperación de flujos hidrológicos para que la marea baja vuelva a sacar la arena de la laguna; la retención de suelos en la cuenca media-alta gracias a reforestaciones en las que se va a trabajar con ejidatarios, particulares y autoridades federales; el replanteamiento de ordenamientos urbanos y el tratamiento de aguas, ya que de acuerdo a Silva Bátiz “tenemos prácticamente cero tratamiento de aguas en el municipio de Cihuatlán”.

    El trabajo con la empresa URELIFT —una corporación internacional que tiene presencia en 40 países y utiliza tecnología de punta— para el dragado mayor de la laguna y la creación de refugios pesqueros con arrecifes artificiales en Barra de Navidad, ha permitido la colaboración entre el sector privado y la universidad. Así se incentiva la generación de conocimiento y, al mismo tiempo, asevera Silva Bátiz, “la generación de patentes propias, algo que en la universidad nos hace mucha falta”.

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