La vida y obra del universitario, político y notario jalisciense Constancio Hernández Alvirde, fue recordada en su 29 aniversario luctuoso por autoridades de la Universidad de Guadalajara (UdeG), el Colegio de Notarios del Estado de Jalisco, así como por familiares y amigos. Uno de sus más grandes aportes fue su actuación para reabrir esta Casa de Estudio en 1937.
Durante la ceremonia, efectuada el pasado lunes en el Patio del Museo de las Artes, el Maestro Emérito de la UdeG, Adalberto Ortega Solís, destacó que Hernández Alvirde “siempre hizo honor a su palabra”. Fue estricto, amable y no permitió actuaciones fuera de la ética profesional.
Subrayó que en uno de sus discursos, Hernández Alvirde, Doctor Honoris causa por la UdeG, planteó que la Universidad “no se encuentra enclaustrada entre los muros de sus dependencias; es aliento, es vida, y busca cómo la humanidad debe alcanzar su perfección por medio del saber, de la técnica, de la ciencia y de la cultura”.
Al hacer una reseña biográfica, recordó que en 1937 Hernández Alvirde, quien se desempeñaba como diputado, presentó ante el Congreso del Estado la iniciativa de ley del gobernador Everardo Topete para reabrir la UdeG. Del 20 de noviembre de 1937 al 6 de marzo de 1940 fungió como Rector de la Universidad.
“En este momento, es necesario recordar los valores de los auténticos hombres que formaron esta Universidad, de aquellos que entregaron su vida por esta Universidad, y que siguen siendo ejemplo para todas las generaciones, para todos aquellos que no lo conocieron”, dijo Ortega Solís.
La nieta del homenajeado, María del Carmen Romero Hernández, señaló que a los 23 años su abuelo recibió el Fiat de notario público número 14 de Guadalajara, actividad que desempeñó durante 63 años. Fue presidente del Colegio de Notarios del Estado de Jalisco durante 33 años. Fue presidente municipal de Guadalajara en 1925.
