Reconstruyen desde el polen la huella natural de las plantas

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    De manera meticulosa, Blanca Lorena Figueroa Rangel, investigadora del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), ha extraído el polen de cientos de plantas de la región con la finalidad de conocer su pasado y poder estudiar la manera en que se adaptarán al cambio climático.

    248 muestras e imágenes digitales de polen de árboles, arbustos, hierbas y epífitas de bosques de montaña de la costa sur de Jalisco y Colima conforman el catálogo reunido por la investigadora del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de ese centro y que fue incluido en el Proyecto Polen Global (Global Pollen Project) del Laboratorio de ecología a largo plazo de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

    Esta es la primera referencia mexicana que se deposita en la colección de este laboratorio, en donde se lleva a cabo la clasificación científica de polen mediante una plataforma digital y se comparten imágenes de polen identificado a nivel de especie, proveniente de diversas partes del mundo.

    “Con ello se contribuye en el avance del conocimiento en diversas disciplinas, como botánica, ecología, paleoecología y conservación biológica; así como su uso en la resolución de problemáticas socio-ambientales, como el impacto del cambio climático y las actividades humanas en la vegetación, medicina forense, aerobiología, entre otros”, explica Figueroa.

    Añade que la extracción de estos granos microscópicos de las plantas es posible con un minucioso proceso en laboratorio a nivel micrométrico con el que se logra sacar una imagen para definir sus características y conformar el inventario.

    La colección de polen fue extraída de especímenes vegetales del “Herbario Zea” del CUCSur y contó con la colaboración de Miguel Olvera Vargas y José Martín Vázquez López, investigadores del centro.

    Desde 2012 la académica ha estudiado las huellas que la vegetación deja a lo largo de millones de años de evolución planetaria, pero se dio cuenta que no había muestras de lo que ella llama “el polen moderno” para poder estudiar los cambios recientes.

    Los especímenes recolectados auxiliarán en la identificación de polen fósil para reconstruir la historia de la vegetación y su ambiente en los últimos 10 mil años, pero también para determinar las posibles adaptación que tendrá en las próximas décadas con el aumento de temperatura que supone el cambio climático.

    La especialista en paleoecología, ecología forestal y cambio climático afirma que a partir de sus investigaciones ha “reconstruido” la historia de los bosques de la región costa sur desde hace cinco mil años y cómo reaccionaron a las dos grandes eras con variaciones de temperatura que afectaron a las plantas y dejaron “una huella” en ellas, según fue su adaptación al calor.

    Se trata de cambios climáticos ocurridos uno en el llamado periodo cálido medieval, del año 800 al 1200 de nuestra era, y la pequeña era del hielo que sucedió entre el año 1350 a 1850 dC.

    “En el área del bosque mesófilo de montaña hay especies más susceptibles a los cambios de humedad, que fueron las que más sufrieron los cambios, como son la magnolia y algunas especies de encino. No es que se hayan extinguido, sino que su producción disminuyó durante esas épocas de variaciones de temperatura, y luego de algunos cientos de años se reestablecieron”, explicó.

    Los cambios que la investigadora ha registrado en sus análisis muestran que en épocas de climas adversos algunas especies sufren una suerte de “contracción” en su crecimiento o rendimiento y luego “desparecen por un tiempo mientras se mejoran las condiciones”.

    Esta huella natural presente en el polen de las plantas y otros de sus componentes permitirá que los investigadores hagan valoraciones y modelajes a  futuro de las plantas que podrán adaptarse mejor a un incremento esperado de un grado centígrado en los próximos decenios, de acuerdo con las proyecciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU.

    “Nuestra intención es que podamos pronosticar qué plantas podrán sobrevivir a esas temperaturas, las especies de pinos soportan un poco más este tipo de cambios, aunque apenas se inicia a hacer modelaje con estos resultados. Falta hacer más proyección paleogenómica mediante el estudio del ADN, que es más fino y que algunos investigadores ya están haciendo aquí en el CUCSur”, concluyó.

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