Reconocen a dos filósofos

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Enrique Dussel

Nacido en La Paz, Mendoza (Argentina), en 1934, el filósofo Enrique Dussel desde 1975 es un exiliado político que vino a nuestro país para encontrar sosiego y el espacio propicio para el desarrollo intelectual y su vida; en la actualidad —y desde hace varios años— es uno de los catedráticos más importantes de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, Iztapalapa). Su obra bibliográfica es extensa y guarda su pensamiento en libros como Filosofía de la liberación, en los que ha dado a conocer sus ideas sobre el movimiento del que es, junto con otros intelectuales, fundador, y que se conoce como Filosofía de la Liberación, que abraza a Latinoamérica y su contexto histórico.

Su trabajo lo ha explicado él mismo en una entrevista que le hizo Steven Navarrette Cardona no hace mucho, donde ha dicho que el tema de ‘descolonizar el pensamiento’ “ahora tiene más actualidad que cuando lo que comencé a escribir hace 40 años. Pero al mismo tiempo, gracias a Aníbal Quijano y a otro grupo de profesores en Estados Unidos y en otros países, este tema de la descolonización epistemológica ha tomado mucha fuerza. Creo que nuestra problemática empieza a tocar eso que se llama ‘pensamiento universal’, que es el eurocentrismo, pero ahora globalizado. Hemos empezado a poner nuestras preguntas a un nivel mundial, lo que nunca había acontecido, éramos una periferia intelectual de segunda”.

El tópico lo ha colocado en las palestras internacionales y en la actualidad, gracias a ello, su trabajo y su propuesta tiene una relevancia sin igual, puesto que ha colocado el pensamiento latinoamericano a la altura de cualquier otro en el mundo.

“Nuestros filósofos —dijo en la entrevista— siguen repitiendo a los europeos como Heidegger y Habermas” y “la crítica al eurocentrismo va a ser que los europeos se descubran a sí mismos”.

La visión de Enrique Dussel sobre el pensamiento y la filosofía que se han generado a lo largo del tiempo, es que nosotros mismo nos pensamos y tenemos una reflexión que nos involucra y, a la vez, nos da un modo de mirar los acontecimientos históricos que en el caso de América Latina son diversos y profundos, ya que se juega en todo tiempo a la sociedad, es decir, la vida y la realidad que nos ha hecho crecer y decrecer.

Mirarlo, en todo caso a la luz de nuestro pensamiento, es esencial, como lo es la vida y la realidad que como latinoamericanos nos ha tocado y nos toca vivir cotidianamente.

Judith Butler

La sexualidad ha sido una de las fuentes que nos ha hecho revolucionar y crear, de algún modo, revoluciones, de ahí la importancia del pensamiento de la filósofa norteamericana Judith Butler, quien, a raíz de su El género en disputa “logró actuar como un revulsivo frente a una disputa que empezaba a fosilizarse, enfrentando las ideas del sexo como construcción cultural resultante o diferenciación sexual pivotada sobre la dualidad”, como han dicho en reseñas sobre su obra y su actividad que abarca lo que se denomina Teoría Queer y el feminismo.

Teorías como las de Butler, al menos en los Estados Unidos de América, ha logrado grandes cambios en el pensamiento social en relación a la sexualidad. Y como lo que hace raíz se extiende, la postura intelectual de la filósofa ha logrado entrar, casi sin saberlo, a la sociedad mexicana y latinoamericana. De allí su importancia, pues ya que en esta parte del mundo somos reacios a los cambios, y más en los que tocan a la sexualidad y el feminismo.

Butler es una de las más radicales pensadoras de los Estados Unidos, y es partidaria de la izquierda que en ese país fue generadora, en otros tiempos, de grandes cambios. La pensadora es una mujer atenta a la realidad del mundo en todos los rincones donde suceden los casos más relevantes y que afectan a las comunidades donde ocurren. A la luz de la pregunta de “¿Qué la indigna sobremanera?”, respondió:

“El caso de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en México, por ejemplo. La violencia contra unos jóvenes que querían ejercer su derecho de reunión y de expresión es absolutamente horrible. Tanto como ver que la policía se encoge de hombros y dice ‘es imposible descubrir quién fue’, ‘no hay rastro’. Y luego aterrizan los forenses argentinos y descubren muchos ‘rastros’. Es execrable no sólo la complicidad de la policía con los crímenes, sino también el silencio del Estado de México, y de mi propio país, Estados Unidos”.

Judith Butler nos demuestra que un ser reflexivo es múltiple, pero único en su actuar y proceder en relación a nuestros semejantes y que la filosofía es esencial porque nos permite concentrarnos en el ser y en la humanidad en crisis.

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