Como parte de su estrategia para convertirse en un campus verde, el Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), operará próximamente una planta que recicla el plástico conocido como pet, y lo transforma en material reutilizable en la fabricación de prototipos de robots o prótesis humanas, a través de impresoras 3D.
Este proyecto, dirigido por Daniel Edén Ramírez Arreola, jefe del Departamento de Ingenierías, surgió hace un año con la finalidad de plantear una solución para el problema del manejo de residuos sólidos que existe en el país.
De acuerdo con las últimas estadísticas sobre medio ambiente publicadas en 2013 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México son recolectadas 86 mil 343 toneladas de basura al día, cifra que equivale a poco más de 750 gramos por persona, pero que en zonas urbanas puede llegar a más de un kilogramo.
Jalisco produce el 7.6 por ciento del total de residuos, convirtiéndose en la tercera entidad con mayor número de toneladas por día.
“Algunos de estos residuos sólidos no son biológicamente degradables, lo que ha causado una acumulación global que representa un gran problema. Esta iniciativa busca resolver los problemas de acumulación y de tiraderos que hay alrededor del mundo, utilizando estos materiales en alternativas que son ecológicas, pero que tienen una utilidad”, aseveró Ramírez Arreola.
La planta se encuentra en fase piloto, explicó el investigador, ya que todavía se requiere completar algunos procesos para que funcione al cien por ciento, lo que prevén que ocurra en aproximadamente tres meses.
El plástico que llegue para ser tratado en la planta, pasará primero por un proceso de molienda, lavado y secado, del cual se obtendrán una especie de escamas, que luego serán fundidas en una máquina especial que les dará la forma final de los diferentes artículos que producirán, ya sean tubos, popotes o mangueras (proceso conocido como extrusión).
La parte novedosa e inexplorada de la planta recicladora de pet, explicó Daniel Ramírez, es la posibilidad de utilizar los plásticos de desecho para la fabricación de piezas sólidas con la técnica de impresión en 3D.
Para ello, los polímeros que han sido habilitados durante la etapa de extrusión serán utilizados para la fabricación de un hilo que es usado como materia prima en las impresoras 3D, y de esta manera crear todo tipo de figuras que puedan ser diseñadas a través de un sistema computacional.
“Ya hemos hecho varios prototipos con estas impresoras. Esto va a funcionar como un laboratorio de fabricación digital, donde se van a hacer prototipos de robots y prototipos de prótesis humanas”.
Uno de los puntos pendientes, y que luego realizarán de manera permanente, es la implementación de un programa educativo en la comunidad universitaria, que concientice a los estudiantes sobre la importancia de la separación de residuos y, sobre todo les enseñe la forma correcta de hacerlo.
Los alumnos participarán en la separación primaria —cartón, papel, vidrio y plástico— y en el centro de acopio harán una clasificación de los diferentes tipos de plástico.
“Se instalará un centro de acopio especializado y ahí se hará la separación final de los materiales. El vidrio, cartón o papel, se van a derivar a empresas que los requieran, y de los plásticos se hará la separación secundaria, ya que no es lo mismo el plástico de un bote de leche que el de un refresco o de una manguera”.
El académico del CUCSur informó que también trabajarán en el reciclaje de tetrapack y con el polietileno de alta densidad, para incluirlo dentro de losas de concreto o de elementos para la construcción, y así “confinar estos residuos que son un problema dentro de las estructuras de las viviendas o edificios”.
Informó que durante el proceso de la planta recicladora se han integrado alumnos de diferentes programas educativos, como los de la licenciatura en mecatrónica.
