El Verano de la Investigación Científica, es un programa organizado por la Academia Mexicana de Ciencias que tiene como finalidad introducir a los estudiantes en el campo de la investigación. Para ello se diseña un plan de trabajo a lo largo de siete semanas, donde los universitarios pueden integrarse a los distintos grupos de investigación del país y participar en algún protocolo de interés.
Este verano tuve la oportunidad de participar en el programa, y puedo decir que constituye un proyecto único. Gocé el privilegio de conocer al renombrado doctor Ruy Pérez Tamayo, que es por mucho uno de los grandes científicos del México contemporáneo. Además, realicé diversos trabajos con el doctor Eustacio Galileo Escobedo, grandísimo investigador, tutor y ser humano.
Escribo esta columna con la intención de difundir los beneficios del programa, ya que nuestra universidad forma parte de las instituciones vinculadas y me gustaría que más compañeros pudieran integrarse. Esta iniciativa representa un trampolín en la vida universitaria, ya que genera un semillero de personal capacitado en el diseño y construcción de soluciones a las principales problemáticas del país.
Proyectos de esta magnitud elevan la calidad de nuestra universidad. Y demuestran que el estudiante “Piensa y trabaja”.
