La puesta en escena para niños El libro que no tenía letras, tendrá una segunda temporada en el Teatro Vivian Blumenthal, que empezó el fin de semana pasado. Esta obra fue creada a partir de la necesidad de un grupo conformado por bailarines y actores, quienes al ver las butacas de teatro vacías en los montajes para adultos, decidieron centrarse en los pequeños.
Así nació la historia de Ana, una niña muy especial en un mundo en blanco y negro que invita a cada uno de los espectadores a pintarlo a su manera. Ana descubre en su casa —en un lugar casi secreto— un libro que en lugar de letras tiene los recuerdos y añoranzas de uno de sus seres queridos, lejano ya, y así —con su imaginación—, Ana puede volver a crear un mundo mágico de historias que le contaba su abuelo.
“Buscaba comunicar dos mensajes: que la protagonista, Ana, es una niña que se sabe diferente a los demás, sabemos que eso ocurre mucho en lo cotidiano: nos vemos diferentes al resto y nosotros mismos ponemos barreras. Queremos decirles a los niños que ser diferentes también está padre. El otro mensaje gira en torno a la ausencia, y deseamos manifestarles a los niños cómo es el proceso de la ausencia de un ser querido, algo difícil de entender cuando eres pequeño. Esta niña trata de asimilar que su abuelo no está con ella a través de lo que le cuenta este libro”, dice René González, director e intérprete de la obra.
Con la colaboración de Alma Olivia Gómez, con quien conforma el Grupo Tzo, llevan al escenario una mezcla entre teatro y danza especial para los más pequeños, diseñado como un primer acercamiento a estas disciplinas artísticas que rompa los esquemas tradicionales del teatro.
“Decidimos hacerlo para cambiar la dinámica de llegar y presentar la escena a un público, que luego aplaude y se va; quisimos cambiar esto para involucrar al niño en la misma pieza, decidimos tirar la cuarta pared e invitar a los niños a que formen parte de la obra, por eso todas las veces que la bailamos resulta diferente, porque los públicos son diferentes y nos llevamos siempre grandes sorpresas”, comenta González.
Esta temporada la obra ha cambiado desde su gestación: los elementos en la escena, todos en blanco y negro, conforme iba creciendo se transformaron radicalmente de una presentación a otra a través de los ensayos, según comentan los creadores. La utilería que le da vida a los animales y a los objetos dentro de la historia, está hecha a partir de objetos reciclados, que pueden encontrarse en las casas de los niños y con los que pueden experimentar.
“Los elementos fueron mutando a través del proceso creativo porque, por ejemplo, el elefante que era monumental en un principio terminó siendo diferente; fue interesante, no tuvimos la utilería sino hasta el final y creamos los personajes a través de nuestros cuerpos. Finalmente, es nuestro cuerpo el que actúa al personaje, somos una misma cosa con el objeto”, comenta Alma Olivia al respecto
Este grupo, que solía realizar puestas en escena para adultos, ha cambiado no sólo su forma de hacer teatro, sino su forma de entender a los niños como espectadores, y la creencia que muchos tienen de que el teatro, o en general un centro cultural, no es un lugar para ellos. El grupo de danza y teatro Tzo al comprender esto, piensa dedicarse a la línea de la creación dirigida a los más pequeños, con todos los retos que conlleva.
“Crear danza para niños nos ha enseñado como creadores y como intérpretes a ser más empáticos con el público, ya no podemos pararnos en el escenario y tratar de colonizar al público, tenemos que ser empáticos con ellos, conocer sus necesidades, intereses e inquietudes, y establecemos lazos más firmes a la hora de representar la pieza”, dice Alma Olivia.
PRESENTACIÓN
La obra se presentará todos los sábados y domingos de febrero (4, 5, 11, 12, 18, 19, 25 y 26) a las 13:00 horas en el Teatro Vivian Blumenthal. Tomás V. Gómez 125. Los boletos pueden ser adquiridos a través del sistema Ticketmaster o en la taquilla del teatro.
