El reciente escándalo social que desató la grabación de un porno en el Panteón de Mezquitán desvanece toda posibilidad de arreglo social en el país y nuestra ciudad, es decir, si eso sucede y es parte de los acontecimientos, se borra de la mirada que hay otras anomalías sociales que también son, en sí mismas, deterioros del tejido social; ya que asaltos, asesinatos, corruptelas en el gobierno y las muchas fechorías que pasan, nosotros como sociedad ahora las tomamos en tan gran calma que estamos dejando de mirar.
Si se graban pornos en un cementerio, lo que posiblemente siga es que tal vez se organicen los jóvenes y hagan su liga de Centinelas, como ocurre en el centro del país y las autoridades tan campantes; si encuentran en Veracruz fosas clandestinas y nadie hace nada; si hay políticos que cometen atropellos y algunos que dicen que “la crisis solamente existe en nuestra imaginación”, y no suceden nada de nada; entonces es la sociedad entera la que está realmente en mal estado de salud, pues quizás todo lo que he dicho hasta ahora haya sido conversación de oficina, pero como sociedad no hemos actuado.
Y es precisamente eso lo grave, que nos estamos acostumbrando a que asuntos graves sucedan y ya somos insensibles. Y una sociedad insensible es aquella que mira las noticias y se lamenta de dientes para afuera, pero no es capaz de tomar una postura para exigir a los gobiernos que sanen y que volvamos a tener en verdad una paz social. Porque hasta ahora esa “paz social” al parecer ocurre en la imaginación del Gobierno, porque en las calles hay violencia, se graban pornos en los cementerios y en los restaurantes golpean personas y hasta las asesinan… Pero quizás todo ocurre en la imaginación, así que aquí no ocurre nada. Y es verdad: eso parece que ocurre: nada. Nada. Nada.
