Olvidados hasta en el clima

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    La zona wixárika, ubicada en la Sierra Madre Occidental del Norte de Jalisco, es la más vulnerable del estado, tanto en cuestiones económicas, de desarrollo humano, de salud y por ende, también frente al frío intenso que se está abatiendo en este periodo sobre la entidad, y en particular en esa región, que es la más elevada, y por lo tanto se supone la más fría.

    Decimos “se supone”, porque en realidad datos concretos no existen: como no existen calles, internet y en pocos casos hay luz y agua entubada, señales evidentes del abandono en que está sumida, en toda la sierra no hay ni una estación meteorológica, como explicó Raymundo Carrillo, jefe del Observatorio Meteorológico de Colotlán, principal municipio de la zona Norte. Las dos más cercanas se encuentran en Tenzompa, localidad mestiza del municipio de Huejuquilla El Alto, que se ubica a los pies de las montañas, y Bolaños, que paradójicamente es uno de los municipios más calurosos de la zona y del estado.

    Por si no bastara, intentamos buscar información sobre el clima en la región, en el Servicio Meteorológico Nacional para Jalisco, de la CNA, con sede en Colomos, pero nos dijeron que el encargado de climatología y de monitorear las temperaturas, Rubén Pantoja, se encuentra de vacaciones hasta el 20 de enero, y que nadie más tiene la información.

    Parece que como en muchos otros aspectos, también el clima en esa zona marginada está envuelto en el olvido y en el arcano. Lo seguro es que hace frío. Según Rigoberto Dorado Semental, encargado de Protección Civil de Mezquitic, municipio al que pertenece la mayoría del territorio indígena, no se tienen datos certeros, pero que “extraoficialmente” —tal vez un termómetro afuera de alguna casa o la intuición de algún marakame— las temperaturas en la sierra están llegando hasta menos tres, menos cinco grados.

    Dijo que hasta ahora no hubo nevadas, pero sí heladas, y que apenas esta semana restablecieron la comunicación con algunas comunidades que habían quedado aisladas por las lluvias que volvieron intransitables varios caminos. Agregó que no se han registrado víctimas o percances por el frío. Solamente accidentes viales por el mal estado de las brechas, agravado por las tormentas.

    Que hace frío lo corroboró también Gamaliel Amador Buenrostro, jefe de la Unidad de Vinculación, del Centro Universitario del Norte, quien, junto con otros tres funcionarios del centro y dos de la preparatoria de Colotlán, fue a mediados de diciembre a entregar apoyos para paliar el frío en algunas localidades de la comunidad wixárika de San Andrés Cohamiata.

    El acopio y entrega fueron el resultado de la campaña Cobijando corazones, organizada por la Coordinación de Vinculación y Servicio Social de la UdeG, en colaboración con el CUNorte y la preparatoria de Colotlán, mediante la cual recolectaron más de tres mil prendas de abrigo, que beneficiaron a 500 familias wixárikas.

    “Hacía mucho frío. Vimos que el apoyo les cayó de lujo. La mayoría de las personas, a pesar de que no todos hablan español, nos manifestó su gratitud al recibir las prendas. Empezamos a entregar en la primera comunidad a las siete de la mañana, y la gente salía con playerita tiritando de frío”.

    Las localidades beneficiadas fueron Cebolletas, Cerro del Niño, Ciénega de Guadalupe, Platanitos y San Miguel Huaixtita, por lo que se necesitaron dos días para recorrerlas todas, ya que la más lejana se encuentra a aproximadamente 12 horas de camino de Colotlán.

    Son, en su mayoría, comunidades pequeñas, donde prevalecen casas hechas con materiales pobres y con piso de tierra, lo que disminuye las ya bajas temperaturas y representa una de las tantas carencias y problemáticas que tienen las comunidades indígenas del estado, de las que, seguramente, la falta de estaciones climatológicas es la menos urgente.

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