Nueva controversia

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    La tecnología está inmersa en todos los aspectos de la vida cotidiana. Incluso en lo que anteriormente no era más que producto de la naturaleza. Aunque ésta nos ha favorecido en ciertos aspectos, debemos saber que no hay ventaja sin repercusión negativa.
    Actualmente se ha hecho uso de estas herramientas en la producción de semillas, de alimentos transgénicos (modificados genéticamente para dar al producto propiedades que le permitan desarrollarse más rápidamente o con características que soporten las condiciones que provocamos en el medio).
    Los alimentos transgénicos arrastran consigo una controversia, al colocar en una balanza los términos “problema–solución”.
    Se ha dicho que provocan daños a la salud humana, ya que en su composición existen elementos químicos tóxicos para el cuerpo, daños para las especies animales al modificar su medio (en especial insectos, que habitan sobre ellos) y para la vegetación (porque el polen de una planta transgénica llega por diversos medios a las plantas aledañas).
    Aún no se tiene certeza de lo dicho. La mayoría de los estudios realizados mencionan que no hay daño alguno, ya que el genoma de las plantas no se combina con el genoma humano al ser ingerido, y que los productos transgénicos lo único que hacen es facilitar la obtención de alimentos, con precios disminuidos y tiempos de espera menores para su cosecha.
    La respuesta a esta controversia se obtendrá con el paso del tiempo. Por ahora todo depende del enfoque que se quiera dar a la misma: “Qué importa más calidad o cantidad?”

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