Nostalgia de Borges

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María Kodama recuerda con nostalgia cuando el escritor Jorge Luis Borges, quien creía en la reencarnación, le externó el deseo de volver a encontrarla en una próxima vida. “Yo le contesté: si reencarno seré científica. Él mostró su desazón, ya que él quería volver a ser escritor, y siendo así, él creía que no me encontraría”. Pero paradójicamente, Borges no era un hombre desinteresado en la ciencia. La mayor parte de su biblioteca estaba constituida por libros científicos. Incluso, un profesor universitario (inglés) le pidió permiso para consultar algunos de sus volúmenes, ya que estaba realizando una investigación sobre ciencia.

 Además, Borges estaba interesado por la ciencia ficción. Le llamaban la atención autores como Julio Verne. Sin embargo, mostró inclinación por el género fantástico. “Tal vez porque sentía que la ciencia ficción permitía menos libertad. Él quería escribir lo que sentía y lo que quería”, señala María Kodama, escritora, traductora y experta en literatura anglosajona e islandesa, quien fuera esposa del escritor argentino.

Un libro que ejerció una influencia sobre él determinante fue Sueño de la mariposa, de Chuang Tzu, que leyó a los dieciséis años. “Borges escribía sus notas en las portadillas, nunca a la mitad o en los márgenes del libro. Sus comentarios evidencian la profundidad y la atención con la que leía, aun siendo adolescente”, cuenta Kodama, quien se casó con el escritor unos meses antes de que éste muriera, en 1986.

Kodama señala que Borges, a mediados del siglo XX, produjo cambios dentro de la literatura fantástica en castellano, la que antes era mucho más clásica en los temas y más estricta en sus formas. Gracias a la influencia de Borges hubo mayor libertad y expresión.

María Kodama conoció la obra de Jorge Luis Borges contaba con tan sólo cinco años de edad, cuando una profesora le leyó dos poemas ingleses del autor. El destino quiso que ella lo viera cuando tenía doce años, en una conferencia del escritor. Después, un amigo de su padre se lo presentó. Ella se acercó y saludó a Borges estrechando su mano, refirió la directora general de la Feria Internacional del Libro, Marisol Schulz Manaut, quien fungió como presentadora en la conferencia magistral “Narrativa fantástica”, que impartió Kodama en el Paraninfo Enrique Díaz de León, dentro de la Cátedra Julio Cortázar.

Años después, cuando Kodama tenía dieciséis años, el destino la volvió a reunir con el escritor, esta vez de manera casual. “Cuando ella caminaba por la calle vio al escritor y se acercó a saludarlo. En una breve conversación Borges le preguntó si quería estudiar inglés antiguo. Ella, por supuesto, accedió y a partir de ese momento alumna y maestro comienzan una relación con encuentros en diferentes lugares de Buenos Aires, diccionario en mano, para estudiar el anglosajón y posteriormente el islandés”.

La relación entre Borges y Kodama fue de trabajo y complicidad, pero también de diversión, descubrimiento y aprendizaje mutuo. “Fue una relación lúdica, fascinante, plagada de aventuras alrededor del mundo, mágica; una relación que continúa hoy en día a casi treinta años de la muerte de Borges, pues María es la protectora y custodia indispensable de la obra del escritor argentino a través de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que ella creó y preside y a través de conferencias y participaciones en encuentros literarios en todo el orbe. También resguarda amorosamente la obra del escritor universal en beneficio de las nuevas generaciones”, concluyó Marisol Schulz.

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