No le permitas a tus ojos

540

La interacción de niños y jóvenes con las nuevas tecnologías es cada vez más habitual. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 15 millones de infantes mexicanos tienen contacto con el internet. Grupo que corre el mayor riesgo de ser enganchados por redes de pornografía infantil, alertó el investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), David Coronado.
“Los archivos de pornografía en internet no son fáciles de encontrar. Son redes a las que no es fácil acceder, quizá por la falta de experiencia. Sin embargo, en la red existen enganchadores que les envían mensajes a los niños a través de juegos virtuales. Si un niño se engancha es fácilmente manipulable bajo cualquier circunstancia. De 15 millones de niños que están en contacto con ese peligro, el uno por ciento, es decir, 150 mil se enganchan”.
En fechas recientes se difundió un estudio de la Fundación Alia2, la cual se enfoca a denunciar la pornografía infantil por internet. La investigación reveló que Estados Unidos, España y México son los países que durante el 2010 intercambiaron la mayor cantidad de archivos con contenido de este tipo.
Para el jefe del Departamento de Sociología, de la Universidad de Guadalajara, el aumento del consumo de material pornográfico infantil en México se debe en parte a una “nueva subjetividad” que ha sido producto del uso de estas nuevas tecnologías.
“La nueva subjetividad implica que trabajar solo con tu computadora en un espacio tiene muchas consecuencias. Lo íntimo u oculto deja de ser privado para mostrarse. En los blogs y redes sociales los chicos se muestran y en torno a la pornografía, esta nueva subjetividad tiene muchas implicaciones”, destacó.
Según las estadísticas más recientes de la Policía Federal Preventiva (PFP), en el 2006 eran más de cien mil sitios de internet los que difundían contenidos con pornografía que exhibía a menores de edad. Uno de los factores que han incrementado la aparición de estos sitios es que las instituciones no cuentan con estadísticas exactas en torno a este problema, explicó David Coronado.
“Estas redes de pornografía, pederastia y explotación sexual tienen una cobertura especial a nivel político y económico. La falta de datos dificulta la resolución del problema, además las instituciones carecen de recursos. No hay forma de evitar la explotación sexual comercial infantil, por lo que hay muchos candados que deben derogarse”.
Añadió que las redes de pornografía están deslocalizadas. Pero también desbaratar un dominio significa que aparecerán otros, lo que hace imposible conocer cuántas son y de dónde surgieron. El especialista calcula que por cada cinco sitios de internet de pornografía, surgen entre 300 y 400.
En cuanto a la ley, explicó que los códigos legales no permiten regular el intercambio de archivos de pornografía infantil, a pesar de que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) incluyó la pornografía con niños dentro de la explotación comercial infantil.
Sumado a lo anterior, dijo que los intereses económicos continúan siendo más importantes que buscar la solución del problema.
“Es un negocio de los más deleznables que arroja fuertes flujos económicos. Se dice que en América Latina, el trabajo con el cuerpo infantil deja 12 mil millones de dólares y según la ONU son 37 mil millones de dólares relacionados con la trata de personas. Esas cantidades te dicen que el problema tiene un fuerte raigambre económico”.
Para el experto en temas de explotación sexual comercial infantil, un factor importante para combatir este problema es que los adultos cuiden y orienten a sus hijos sobre los contenidos que ven en internet, principalmente en las redes sociales.
“Debemos prestar más atención a lo que hacen los niños. Las nuevas tecnologías son importantes pero pueden traer consecuencias que debemos prevenir, como que se enganchen a estas redes”.
Añadió que es necesario combatir este tipo de actividades pornográficas de manera integral e inteligente. “Mientras exista un productor, recursos económicos, los insumos que son niños en situación de pobreza y consumidores o adultos con apetitos, no hay forma posible para acabar con el problema”.

Artículo anteriorRosalba Espinoza
Artículo siguienteGlobalizacion no conveniente y optimista