Nace una nueva biblioteca

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Llegaban como bebés: en brazos. Y luego, como a los recién nacidos que les ponen una pulsera para identificarlos en los hospitales, a ellos, como un tatuaje, los sellaban: Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola, Universidad de Guadalajara.
Ellos, los libros, los retoños, crecerán en la nueva sede de la biblioteca, en Belenes, Zapopan. Ya no sufrirán los estragos del tiempo y de la naturaleza, como cuando el sismo de 2003 dañó al actual inmueble de la Juan José Arreola, frente al parque Agua azul.
Los 347 millones de pesos de la inversión garantizarán una infraestructura que ocupará cerca de 40 mil metros cuadrados. Y con esto, las condiciones necesarias para que las casi dos millones de unidades de información que ahí vivan, interactúen con los cerca de tres mil 600 usuarios que asistan a leer, tal vez el ejemplar de Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, donado por Pamela Randil, una invitada al evento del pasado jueves, que dio inicio a la construcción de la biblioteca.
Al escritor colombiano le siguieron Octavio Paz, con su Laberinto de la soledad, el investigador Adríán Acosta Silva, con la Democracia y políticas públicas –en manos del titular de Cultura UDG, Jeffry Fernández–, y atrás, la Memoria y olvido de Juan José Arreola, en la pluma de Fernando del Paso, bajo la mano del coordinador de Bibliotecas, de la UdeG, Sergio López Ruelas.
“Ver nacer una biblioteca así es motivo de fiesta”, expresó. “Los jaliscienses queremos una biblioteca digna que recoja la historia y dé acceso y resguardo, mediante el uso de las nuevas tecnologías, al acervo histórico del estado”.
Y es que entre los servicios de guardería para los títulos que ya viven en un estante –la primera pieza de la biblioteca–, estarán el acceso a bases de datos, internet, libros electrónicos y un servicio de referencia en línea las 24 horas.
De tal forma, la biblioteca, que verá la luz hacia septiembre de 2007, “estará conectada no splo a las demás bibliotecas de la Red universitaria, sino también a las Comunidades de Autoaprendizaje y Servicios Académicos (CASA) que la Universidad de Guadalajara tiene en diversos puntos del estado, a las bibliotecas del Sistema Estatal y a las redes de bibliotecas universitarias, tanto de México como de otros países, con lo cual podemos augurar que Jalisco adquirirá como entidad federativa, un liderazgo en esta materia, y además de que brindará atención a los habitantes de todo Jalisco, aun a los de las regiones más apartadas de nuestro estado”, de acuerdo con el Rector general de la Universidad de Guadalajara, José Trinidad Padilla López.
El bebé que llevó el Rector de la UdeG ya tiene bastante colmillo en esto de la literatura. 400 años lo avalan: Don Quijote, de Miguel de Cervantes Saavedra. El ejemplar de Padilla López pretende servir de inspiración y motivación al futuro lector, pues el enjuto Hidalgo era “un hombre soñador, que buscaba llevar a la práctica sus sueños, fuesen estos realizables o no”.
La visión de Padilla López es la misma que la del Quijote. La zona, pese a los molinos de viento que se presenten, pretende ser “un distrito cultural. Frente a la biblioteca habrá un complejo de más de 20 mil estudiantes, porque estarán dos centros universitarios: el CUCEA y el CUCSH, que serán beneficiados con la biblioteca”.

Un futuro con historia
Fundada el 24 de julio de 1861, la biblioteca tiene ya una familia que suma cerca de medio millón de volúmenes, con aproximadamente 37 mil documentos históricos. La mayoría constituye la memoria documental de 300 años del Archivo de la Real Audiencia de Guadalajara y los Archivos de la Nueva Galicia.
Quizá por eso, José María Muriá, del Colegio de Jalisco, llevó algo así como “Ideología e ideas en Guadalajara a finales del siglo XVIII y XIX, no me acuerdo si es así el título en realidad”. Pero en verdad, Muriá lo llevó porque pensó que nadie donaría ese título y porque no pesa mucho. Nada más fue “para que me dejaran entrar”, ríe en un ambiente familiar. Por eso mismo, el diputado federal Salvador Martínez Della Rocca y la académica de la UdeG Mara Robles, abrieron su vida para la Nueva Biblioteca Pública Juan José Arreola, con títulos como La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska y el Kama Sutra.
“La noche de Tlatelolco es imprescindible para que los jóvenes sepan que las libertades, sexuales incluso, son producto de una lucha”.
La búsqueda de libertad por medio del conocimiento será la labor de la Nueva Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola. Así lo enfatizó su padrino, el Rector Trinidad Padilla López, pues ésta “seguirá contribuyendo a la democratización del conocimiento, otorgando servicios a todos los sectores sociales y a todos los ciudadanos que acudan a este espacio”. Incluso a todos aquellos que no llevaron libro.

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