Mutaciones del ADN permiten pronosticar cáncer colorrectal

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    La mutación del ADN (Ácido Desoxirribonucleico), en las personas que padecen de cáncer colorrectal está bajo la lupa de varios investigadores de la Universidad de Guadalajara.

    Un equipo de profesionales de diversos centros universitarios realiza el estudio en materia oncológica denominado “Genética del cáncer colorrectal”, en el que participa Melva Gutiérrez Angulo, profesora investigadora B del Centro Universitario de los Altos

     Esta enfermedad se puede originar de dos maneras: por factores medioambientales y esporádicos, y la otra debido a una mutación en el ADN; en este segundo caso, los individuos tienen un 90 por ciento de probabilidades de desarrollar cáncer, por ello los especialistas enfocaron su investigación a este grupo.

     “Buscamos conocer qué cambios a nivel del ADN ocurren en ese individuo que tiene cáncer colorrectal, qué hizo que lo desarrollara. Estamos revisando cambios genéticos y epigenéticos, y vemos qué tan frecuentes son en ellos comparados con el grupo control”, dijo la investigadora.

     Para esta valoración, los investigadores están basándose en pacientes del Hospital Civil de Guadalajara y del Instituto Jalisciense de Cancerología.

    Gutiérrez Angulo lamentó la ausencia de la cultura de la prevención entre los mexicanos, pues aunado al hecho de que no existe una cura para esta enfermedad, los tratamientos para aminorar sus efectos son costosos.

     “Quien llega a la consulta por cáncer colorrectal, llega en un estado avanzado, porque no tienen la cultura de irse a checar de manera preventiva, entonces ya llegan casi siempre con metástasis y, así, necesitas cirugía de inmediato o tratamiento quimioterapéutico”, concluyó.

     

    Cuarta causa de muerte
    Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer colorrectal es la cuarta causa principal de muerte por cáncer a nivel mundial y la sexta a nivel nacional. La investigación de Gutiérrez Angulo tambien se centra en análisis de los antecedentes familiares de aquellos que ya padecen la enfermedad. Entre los avances de la investigación está el hallazgo de la mutación del genoma en varios grupos que tienen integrantes con síndrome de cáncer familiar o hereditario, mejor conocido como síndrome de Lynch. Por estos motivos, se tiene contemplado realizar un diagnóstico oportuno a los familiares de esa persona que ya tiene cáncer.

     Añadió que ubicar a temprana edad ese genoma que ha mutado y la realización constante de colonoscopías es indispensable para comenzar a tratar a los portadores a través de un seguimiento médico continuo, así como el cambio en sus hábitos alimenticios y de actividad física.

     “Si identificas que ese individuo tiene una mutación, tiene un 90 por ciento de riesgo de desarrollar la enfermedad, entonces le recomiendas un seguimiento médico continuo. Alguien que tiene una mutación en su genoma que causa cáncer colorrectal va a desarrollar la enfermedad a los 30 años, entre los 30 y los 40. Y una persona que no tiene mutación va a ser a los 60, 65 años”, puntualizó.

     

    Carnes procesadas: factor de riesgo
    Se ha comprobado que entre los factores que aceleran las posibilidades de padecer cáncer colorrectal está el consumo constante de carnes procesadas, obesidad, la ingesta de bebidas alcohólicas y la poca práctica de ejercicio.

     Las personas que no tengan mutaciones en su genoma, también deberán estar pendientes de cuidar aquellos elementos desencadenantes, así como realizar supervisiones médicas para evitar que se desarrolle el cáncer.

     “Ya hay estudios a nivel internacional que dicen que la actividad física reduce el cáncer colorrectal; que una alimentación que esté libre de carnes procesadas reduce el riesgo. No son la causa directa porque son muchísimos factores, pero si sumas varios de ellos, pues tendrás un mayor número de posibilidades de desarrollarlo”, dijo Gutiérrez.

     La investigación en la que participa Melva Gutiérrez se realiza en conjunto con Jorge Peregrina del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA); Nely Macías, del Centro Universitario del Sur (CUSur) y María de la Luz Ayala Madrigal, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), y recientemente se incorporaron dos investigadores más.

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