La semana pasada murió el escultor tapatío Miguel Miramontes Carmona, quien fue fundador del taller de escultura en la ex Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, y contaba con una trayectoria de sesenta y cinco años.
Entrevistado al respecto el maestro Sergio Zepeda Castañeda, quien fue el primer rector del CUAAD y uno de los directores del actual Departamento de Artes Visuales, dijo que Miramontes Carmona fue uno de los pilares de esta institución, y “un hombre de gran generosidad” con sus alumnos.
Zepeda, quien también tuvo la oportunidad de estudiar bajo su tutela, señaló que Miramontes Carmona dejo un legado artístico en la entidad, y ésta quedó sobre todo reflejada en su “escultura urbana y monumental”, así que sí tuvo seguidores que se apegaron a su “realismo figurativo y el expresivo”.
Nacido en Guadalajara en 1920 y egresado de la Academia de San Carlos, Miramontes Carmona fue invitado a dar clases a la Universidad de Guadalajara en 1953, y en la impartió sus conocimientos hasta principios de 1980.
Algunas de sus esculturas se hallan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, que son las de Agustín Yáñez, Francisco Zarco, el Doctor Atl. y Jacobo Gálvez; el obelisco dedicado a la Revolución, obra que se encuentra en la glorieta del Álamo, y la escultura de los futbolistas, conmemorativa del Mundial de Futbol México 70, que se puede apreciar en la afueras del Estadio Jalisco.
