Miguel Ángel Pérez Navarro

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Aprovechar la energía solar, almacenarla por medio de una celda fotoeléctrica y depositarla en una botella de plástico para que funcione de manera similar a un foco, es el proyecto con el que Miguel Ángel Pérez Navarro, estudiante de tercer semestre de la Preparatoria de San Juan de los Lagos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), obtuvo el pasado 1 de octubre, en la ciudad de Guanajuato, la medalla de platino en la categoría Ciencias de la Ingeniería del VI Concurso de proyectos de ciencia Expo Ciencias, organizado por la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (SOLACyT).

El proyecto “Luz solar nocturna” fue realizado con su compañero de quinto semestre, Alexis Moreno Enríquez (quien no asistió al concurso por motivos personales) y compitió contra los de alumnos del nivel básico y medio superior. Al ganar fue acreedor a un pase internacional para concursar en agosto del próximo año en la ciudad de Fortaleza, Brasil, en la Expo Ciencias Internacional (ESI2017).

Además, en el Concurso de Aparatos y Experimentos de Física realizado en semanas anteriores en la Preparatoria 5, este proyecto obtuvo el tercer lugar en la Categoría de Aportación Tecnológica, por lo que también participó el pasado 26 de octubre en la fase nacional, que tuvo lugar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

¿En qué consiste “Luz solar nocturna”?
El objetivo es transformar botellas plásticas que ya no se utilizan, como de jugos o refrescos, en lámparas, por medio de los rayos ultravioleta, y generar luz para iluminar las casas. La energía es renovable. La duración de la batería es de seis horas y media y puede sostener cuatro lámparas de 4.8 voltios cada una, es decir, puede iluminar una habitación de veinte metros cuadrados. Las personas pueden construirlas por sí mismas o se puede comercializar a un precio muy bajo.

¿Cómo surgió la idea del invento?
En varias comunidades de San Juan de los Lagos no cuentan con electricidad. Por eso quisimos hacer un equipo que les pueda ayudar a solucionar su problema. Este invento lo elaboramos en un mes, con el apoyo de mi asesor, el maestro Rafael García Ramírez y también de mi compañero Alexis Moreno Enríquez y de la directora de la Preparatoria de San Juan de los Lagos, Acela Margarita Velasco Covarrubias, y llevamos dos meses mejorándolo. Por ejemplo, un foco consume unos 40 watts y tiene un costo, además de que contaminan mucho el ambiente. En cambio nuestras lámparas utilizan energía renovable y tienen un costo muy económico. Una lámpara podrá costar alrededor de diez pesos cada una.

¿Cuáles son las mejoras que requiere para la competencia en Brasil?
Las lámparas se realizan con materiales reutilizables como botellas de plástico, por lo que el proyecto también tiene una aportación al medio ambiente. Lleva también fotoceldas solares y tarjetas de regulación de energía hacia la batería. Lo que queremos es que el sistema consuma menos y brinde más iluminación, sin salirse del margen de costo. Es en lo que estaremos trabajando lo siguientes meses en nuestra innovación social.

¿Qué enseñanza te ha dejado esta experiencia?
Fue algo muy bonito, me ha dejado mucho, aunque tengo 16 años. He confirmado el gusto que tengo por la robótica y la tecnología. Además, quiero estudiar Medicina en la UdeG, porque en el concurso me sentí orgulloso de representar a mi pueblo, a mi escuela y a la Universidad. Agradezco el apoyo de mi familia y de las personas de mi pueblo, de las autoridades de la escuela y maestros y del director del Sistema de Educación Media Superior, Javier Espinoza de los Monteros Cárdenas. Estos proyectos pueden empezar de la nada y terminar en grandes innovaciones para la sociedad. No hay que tener miedo sino desarrollarlos y dar a conocer nuestras ideas, con las que podemos dejar en alto el nombre de la UdeG.

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