Más deuda menos calidad de vida

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Más que un acuerdo para reformar el Tratado de Libre Comercio (TLC), México y Estados Unidos de América (EUA) han negociado un convenio bilateral en el que nuestro país cedió ante las presiones del presidente Donald Trump por cuestiones políticas, afirmó en rueda de prensa el investigador del Departamento de Administración, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Clemente Hernández Rodríguez.

“El tratado que se logró ahora no es un tratado que involucre a Canadá, solamente a México y EUA, aun cuando el Presidente canadiense Justin Trudeau tiene en sus manos una píldora envenenada: si acepta el tratado así como está, se va a echar encima a la industria y sus productores domésticos, pero si no lo acepta será un fracaso político que probablemente va a implicar un relevo del Primer Ministro canadiense”, dijo. 

Añadió que la negociación lograda por ambos países afecta a Canadá, el país que mayor disposición mostró de modernizar este acuerdo firmado en 1994 y que, sin embargo, tendrá que “resignarse”, ceder ante la presión de Trump y dejar que llegue otro Presidente.

“Son resultados muy malos para los canadienses, que no van a tener de otra y que en ambos escenarios les va a ir mal; esto significa que el TLC ya murió”, subrayó.

Ante este escenario no habrá una firma de un TLC, sino tres acuerdos bilaterales diferentes que vincularán por separado a EUA con México, a México con Canadá y a éste con Estados Unidos, y que implicarán no sólo un cambio en el flujo comercial, sino también en el flujo financiero que afectará a la deuda pública.

Hernández Rodríguez afirmó que este acuerdo anunciado hace unos días responde también a intereses políticos, ya que el actual gobierno de México, encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto, quiso dejar saldado el tema para el Gobierno entrante de Andrés Manuel López Obrador.

“Sí, es cierto que México en esta negociación tuvo que ceder, y también queda claro que se hizo con el afán de dejar saldada esa negociación, que el gobierno entrante ya no tenga ese problema y que Trump, otra vez, en la elección de noviembre, permita que los republicanos le ganen a los demócratas la mayoría de los asientos en la Cámara; esa es la verdadera intención y la racionalidad del acto”, recalcó.

El coordinador del doctorado de Economía del CUCEA, Antonio Ruiz Porras, dijo que tanto el cambio en la Presidencia de México como en las elecciones intermedias en EUA han trastocado esta renegociación del TLC desde lo económico y lo político.

“En ese contexto, la renegociación es un asunto importante para ambos países, particularmente porque la administración estadounidense ha buscado un mayor proteccionismo. Se ha tratado de promover bajo la idea de que América es primero y de hacerla más grande, y eso ha propiciado que se cierre más la economía”, agregó.

Esto afecta al país en términos comerciales, porque están relacionados con los flujos de inversión y de deuda, que pega directamente al bolsillo de los mexicanos, particularmente en las tasas de interés, que han sido las más altas de los últimos nueve años.

“Esto nos pondría mayores costos sobre el servicio de la deuda que tenemos en México, que está contratada en dólares y bajo la normatividad estadounidense”, recordó.

El especialista refirió que el endeudamiento del sector público en nuestro país equivale a 46.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir que casi la mitad de los recursos que el país produce son deuda, pues en el sexenio del presidente Peña Nieto la política de endeudamiento fue “bastante fuerte” y se presentó un crecimiento “muy acelerado” del nivel de endeudamiento, así como los intereses que se pagan por la deuda.

Esto es preocupante, ya que se asocia con el comportamiento de la inflación: desde hace algunos años las expectativas del Banco de México (BdeM) no se han cumplido, disminuye el poder adquisitivo y, por ende, la calidad de vida de los mexicanos.

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