Luis Cernuda un andaluz mexicano

    1193

    El beneficio de la guerra
    El desenlace de la Guerra civil española en 1939, con sus posturas extremas y el exilio de muchos ciudadanos contrarios a la dictadura de Francisco Franco, representó una pérdida difícil de superar para la propia España, una pena para los países opuestos al régimen fascista y una fuga ideológica que, paradójicamente, resultó ser un beneficio para las letras en nuestro país.
    Un gran número de intelectuales, peligrosos para el nuevo orden, se vieron obligados a buscar una nueva tierra donde habitar y desde la que pudieran influir en sus compatriotas españoles sin poner en riesgo la vida.
    México constituyó una buena opción: las políticas implementadas por el presidente Lázaro Cárdenas resultaron hospitalarias para los exiliados y convenientes para los intereses nacionales, entre los que se hallaba una alfabetización sin precedentes en la historia del país. Fue ahí que la población española recién llegada haría una inmensa aportación.

    Cernuda y la Generación del 27
    Luis Medina Gutiérrez, profesor del Departamento de Estudios Literarios, de la UdeG, se ha dedicado desde 2002 a investigarlo todo sobre uno de estos autores: Luis Cernuda. Su interés responde tanto a que es uno de los poetas exiliados más significativos en nuestro país como a la influencia personal que este ha ejercido sobre la escritura de Medina Gutiérrez. Al respecto, nos cuenta:
    La Generación del 27 fue un movimiento de tal magnitud que escritores y críticos concuerdan hoy en llamarlo el segundo Siglo de Oro español. Con autores como Alberti, Aleixandre, Prados, Garfias y Lorca, entre otros, dicha corriente se fortaleció y trascendió fronteras, en gran medida gracias al exilio provocado por la dictadura.
    Nacido en la región de Andalucía, Luis Cernuda participó de los principios de esta generación al defender en su escritura el uso de figuras clásicas, como la metáfora, y el respeto a autores consagrados de su tradición, como Luis de Góngora y Argote.
    No obstante, también se sumó al nuevo orden de ideas, al nuevo temperamento del arte, en el que el presente juega un papel de suma importancia. Fue una generación con gran ímpetu, que no niega el pasado ni se estaciona en él.
    Este carácter activo llevó a muchos de sus miembros a involucrarse en la Guerra Civil, con fusil y uniforme republicano. En otros casos, su participación fue menos bélica y más ideológica. En esta categoría entra Cernuda, quien se dedicó a la educación y durante los años de lucha impartió talleres.

    Cernuda en México
    Como era de imaginarse, con la llegada de Franco a la silla presidencial, Cernuda salió de su patria. Vivió en Inglaterra y Estados Unidos, pero finalmente se estableció en México en 1949. “Encuentra aquí lo que en España idealizó: el lenguaje y el amor”, afirma Medina.
    Este poeta contaba con una peculiaridad que lo distinguía de algunos de sus compañeros: el rechazo a su tierra natal, el desencanto de ser español. Exaltaba los hallazgos de lenguaje que recogía en su nuevo terruño y criticaba con dureza la historia de España, su fiesta brava, la persecución a los judíos, la hidalguía, su religión irracional, su gobierno dictatorial.
    “Creo que muchos escritores criticaban a Franco, pero esperaban con sus maletas hechas la oportunidad de regresar. Sentían algo de nostalgia. Pero a Cernuda le avergonzaba su país y no era una cuestión centrada en el presente, sino que incluía cosas que le apenaban de siglos atrás”.
    Mostraba además un apego a los mitos de la cultura mexicana, al grado de que escribió textos con referencias a Quetzalcóatl.
    Aun cuando llegó aquí como un escritor ya reconocido, su carrera terminó de afianzarse en México. Sin embargo, según explica el maestro Medina, Cernuda siempre se sintió extranjero en cualquier lugar, incluso más que sus compañeros. Su homosexualidad en aquellos años lo llevaba a automarginarse y tener pocos amigos. No podía abrirse por completo.
    Su obra Variaciones sobre tema mexicano plasma algunas de sus impresiones sobre nuestro país. Luego de su llegada a México, uno de los cambios más notorios en su escritura es la extensión de sus poemas, que se volvieron más largos y profundos. Otros títulos del autor son Ocnos, La realidad y el deseo, y Una familia interrumpida.
    Luis Cernuda murió de un infarto mientras estaba solo y sin haber vuelto a su natal Andalucía. Hubo pocos asistentes a su funeral y un nulo eco en España. No fue sino hasta 2002, durante el gobierno del presidente Aznar, que con motivo del centenario de su nacimiento (el de Cernuda, claro) le fue realizado un homenaje en el que se resumía un aplauso a su obra y un espíritu conciliador.

    FIL y Andalucía
    Desde el momento en que los organizadores de la feria de libros más grande de habla hispana dieron a conocer al invitado de honor del próximo año, surgieron las especulaciones.
    Es todavía pronto para hablar del programa en este año, sin embargo, casi es posible afirmar –por la trascendencia de su obra– que autores como Luis Cernuda no faltarán.
    Al respecto, Luis Medina, no solo investigador, sino poeta y difusor cultural, considera que la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL) sería un excelente foro para el estudio que realiza, aunque todavía no se pueda decir si Cernuda estará presente. Ya lo sabremos en próximos meses.

    Artículo anteriorAlumnos y egresados del CUCEI
    Artículo siguienteUn lujo asistir al teatro Diana