Ser joven es tener menos obligaciones, ser joven es aprender, es divertirse, es vivir, pero de esto a hacer desmanes en la vía pública y no conocer la frase “El respeto al derecho ajeno es la paz”, hay mucha distancia. No es razonable que porque no se les hizo una fiesta de reggaeton, jóvenes en el Distrito Federal recalaran contra otros.
Conocemos su música, la bailamos, la disfrutamos, pero no por ello es motivo de actuar con violencia. Por eso nos ganamos luego el mote o los adjetivos de violentos, irrespetuosos, de jóvenes descocados. De por sí nos llaman “Ninis”.
Somos jóvenes sí, y podemos ser rebeldes también, pero ser rebeldes no significa ser malosos y agredir a otros. Tenemos libertad para expresarnos, para manifestarnos, pero debemos hacerlo con orden y tranquilidad y por asuntos realmente importantes, no porque se canceló una fiesta.
Ahora sí, ¿qué nos pasa?
