Ahora que la pasión futbolística regresa a las filas universitarias con la grata noticia de la reaparición de los Leones Negros, que sin duda son un símbolo de identidad importante para nuestros estudiantes, vaya una recomendación sutil a los dirigentes, para que los grupos de animación antes llamados porras y ahora pomposamente “barras”, no caigan en las garras de los agitadores profesionales del futbol, bien identificados en otros equipos.
Sería una lástima que unos renovados Leones Negros, así como los esfuerzos institucionales y administrativos, que pueden rendir estupendos resultados, en cohesión estudiantil, magisterial y a nivel directivo, enfocados a refrendar una comunidad educativa digna de la segunda universidad del país, se vea empañada con la práctica extranjerizante y violenta que hemos constatado en diversas plazas futboleras.
Aún no sé en qué días y horas jugarán los Leones. Por cierto, hay poca información al respecto, pero ojalá que este equipo se distinga por su buena actuación, para que las familias puedan asistir con absoluta seguridad y a los estadios y regresen las tribunas a su espíritu familiar, lo que creará nuevas aficiones, especialmente entre los niños.
Con las modestas sugerencias que he expresado, fáciles de realizar, el equipo universitario tendrá más adeptos en nuestra propia casa de estudios, y estoy seguro que hasta de los partidarios de otros equipos a donde emigraron muchos seguidores cuando este conjunto lamentablemente desapareció.
