La brucelosis es una enfermedad infecciosa producida por bacterias del género Brucella, que ataca a varias especies de mamíferos, dentro de los cuales se encuentra el hombre. Tiene distribución mundial y afecta principalmente a personas que trabajan con animales o productos infectados, o por la ingestión de leche no pasteurizada o de productos lácteos, especialmente los provenientes de ovejas y cabras.
Los animales infectados excretan gran cantidad de bacterias, contaminando el suelo, los corrales, la paja de las camas, el agua de arroyos, canales y pozos.
La Brucella es capaz de sobrevivir en el medio ambiente por períodos relativamente largos, se transmite al hombre por contacto directo con los animales infectados, o en el ambiente. La transmisión persona a persona es infrecuente y puede ser por vía sexual.
Es muy rara en los niños, y afecta predominantemente a adultos sobre los treinta años de edad.
No hay consenso en torno al tratamiento óptimo para la enfermedad, los resultados de la vacunación humana han sido poco eficaces. El control de la brucelosis animal y la reducción en la exposición humana a ésta ha limitado el desarrollo de vacunas contra la brucelosis humana.
