Lagunillas y la sustentabilidad

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Con la integración de la Universidad de Guadalajara, desde el 2004, en los proyectos de sustentabilidad de la microcuenca Lagunillas, en Jalisco, se ha fortalecido la investigación, organización, capacitación y visión integral de la parte productiva y ambiental, tomando en cuenta las necesidades de la población de la zona.
Cabe señalar que el plan de participación social y desarrollo rural sustentable en la microcuenca Lagunillas de la UdeG, coincide con el programa nacional de microcuencas, impulsado desde el 2002, luego de haber sido constituida la Ley de desarrollo rural sustentable.
Dicha iniciativa fue coordinada por el Fideicomiso de Riesgo Compartido, de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, además de la Secretaría de Desarrollo Rural, del gobierno de Jalisco. La primera cuenca piloto en Jalisco fue ésta.
La académica del Departamento de Ciencias Ambientales de la UdeG, Rosa Elena Arellano Montoya, comentó que iniciaron este trabajo por el interés conocer una experiencia sobre acción comunitaria y desarrollo sustentable.
Indicó que la ciudadanía está muy interesada en seguir con este trabajo. De hecho, ellos mismos realizan diagnósticos para conocer su situación, sentir y problemas. A través de estos procesos crean sus propuestas.
De esta manera, los académicos universitarios se integran a los planes existentes en las áreas social y ambiental, desempeñando funciones como asesores, capacitadores, e incluso como vínculo para gestionar apoyos por parte de otras instituciones.
Entre los proyectos implementados de manera conjunta se encuentran los enfocados a mujeres, sobre telares, bordado de listón, producción de jitomate en vivero. Para los hombres, la elaboración de equipales y en el caso de toda la población, hay uno referente al ecoturismo.
Arellano Montoya destacó que en estos cuatro años de labor, han logrado la integración de las mujeres en proyectos productivos. Sobre este aspecto hay muy pocos ejemplos y menos de manera tan organizada. Otro punto a favor es que los jóvenes están participando en proyectos. Por lo general se privilegian las acciones para ejidatarios y adultos.
“Parte de la capitación ha consistido también en la sensibilización y concientización respecto a la protección del medio ambiente. Eso es clave continuar con este proceso”.
Mediante esta y otras actividades se han hecho cambios en el manejo de ganado, pastos y suelos, así como en aspectos productivos, que les permite generar ingresos económicos y disminuye la migración a Estados Unidos, como ha sucedido históricamente, agregó.
El también estudioso del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Jorge Arturo Martínez Ibarra, destacó: Otros trabajos van encaminados a la investigación básica (inventarios biológicos), también han hecho evaluaciones de diversos procesos, como la reforestación, estudios sobre la calidad del agua y la eficiencia productiva
Estos trabajos han permitido establecer acciones de solución. Por ejemplo, ya fue instaurado un mecanismo de mejoramiento forestal. A través podas adecuadas, buscan mejorar el crecimiento de los árboles. Fueron definidas brechas cortafuego, mejoras de calidad de los árboles y evaluación de plantaciones.
“El año pasado repetimos un programa de capacitación sobre agricultura orgánica (composta, lombricultura y abonos verdes). Lo que queremos hacer este año es darle seguimiento y establecer parcelas demostrativas, para conocer la eficiencia de la producción y que tanto los productores asumen su rol de productores alternativos”.

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