Ladrones en dos ruedas

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Las tripas se le retorcieron y el corazón le dio un vuelco cuando se percató que su bicicleta azul había desaparecido. Volteó a todos lados. Nada. Ni a lo lejos se veía su medio de transporte. Estaba solamente el candado de la bici, con un volante pegado de la organización Al Teatro en Bici (organización civil que se encarga de prestar todos los días bicicletas azules a la población).
Mariana pensó que era una broma y se dirigió a la calle Marcos Castellanos 120, entre Juárez y López Cotilla, donde se ubica la asociación civil Al Teatro en Bici.
Gilgamesh íngeles, uno de los integrantes de la organización, dijo: “La tenemos porque es una bicicleta robada”. Mariana le explicó que la había adquirido en el Salón de la Bicicleta, pero no le creyeron. Desesperada acudió a la tienda y se percató que el Salón de la Bicicleta había vendido 20 del mismo modelo de las que prestan ellos.
Tras recuperar la factura y después de varios días, a regañadientes se la entregaron sin faro, ni campanita, ni los diablitos. Los aditamentos se los otorgaron desmontados e inservibles.
Indignada contó: “Los del Al Teatro en Bici nunca me enseñaron el número de serie de las bicicletas robadas. No tenían documentos legales que probaran que me la pudieran quitar. El único criterio es que era igualita a las que ellos prestan. Me dijeron: ‘Entiéndenos: a nosotros nos roban bicicletas y nosotros las tenemos que recuperar’”.
Mariana cuestionó los criterios con que ellos recobran sus bicicletas: “¿Por qué se parecen? ¿Por qué son del mismo color? Eso no es ningún aval. Es como si yo robara un vocho blanco, porque hace dos semanas me robaron uno igual. Es hacerse justicia con su propia mano, y eso es robo”.
La organización Al Teatro en Bici aceptó su error. Hacerse justicia con su propia mano no es la opción. Sin embargo, demuestra la desesperación de las organizaciones por recuperar las bicis robadas y la falta de actuación de las autoridades municipales y estatales, quienes hacen poco contra el hurto de las biclas, dijo David Hernández, quien se encarga, por medio del periódico El Informador, de proporcionar bicicletas azules para que las organizaciones civiles como Al Teatro en Bici, el ayuntamiento de Guadalajara y las universidades las presten de forma gratuita a la población.
De las mil que tenían en préstamo, ya se robaron 300 en este año (de enero hasta el 15 de febrero). En promedio siete por día. Consternado, David Hernández aseveró que “el robo de bicicletas este año ha sido excesivo. Antes se podía confiar en la gente, pero ahora la gente en Guadalajara ha cambiado”.
De las 300 que se han robado, sólo han rescatado 20. “Lo único que pedimos es un apoyo más decidido por parte de las autoridades, sobre todo para traernos de vuelta las bicis que se han extraviando. Nuestro objetivo principal es que la gente siga andando en bicicleta. Préstamos las bicis con pocos requisitos. El problema son los vivales que las roban para hacer negocio y dejan a la población sin medios de transporte alternativo. A ese tipo de personas las debemos localizar y tratar de recuperar los vehículos para seguir prestándolos”.
Al Teatro en Bici son los más afectados por el robo. Los infractores llegan por la noche, rompen las cadenas y se llevan las bicis. Unos más destrozan los aros de los postes donde descansan las biclas y otros hasta arrancan los postes con todo y bici. Incluso llegan con camionetas para llevárselas de forma cómoda.
Las bicis luego aparecen en los tianguis, principalmente en el baratillo o en las casas de empeño. Pero ante esto, las autoridades parecen no hacer nada.
Christopher de Alba Anguiano, jefe de movilidad no motorizada del ayuntamiento de Guadalajara, quien también se encarga de prestar 80 bicis a la población en tres módulos (parque Revolución, en San Jacinto, Washington y Federalismo), a través del programa “Pedalea Guadalajara”, contó del cinismo en el robo de bicicletas.
“Una persona robó 15 bicicletas el mismo día. Pidió prestados a todos los módulos. Ya tiene denuncia en la Procuraduría General de Justicia. Y aunque lo tenemos plenamente identificado, sabemos dónde vive y hasta su número de teléfono, no se le ha sancionado ni mucho menos podemos recuperar la bicicletas que fueron encontradas en una casa de empeño”. Son un problema los trámites burocráticos y la lentitud de la Procuraduría.
Quienes prestan bicis coinciden en que lo más importante es fomentar la movilidad alternativa, que más gente se sume al proyecto de pedalear la ciudad para bajar los índices de contaminación, hacer una sociedad incluyente y más saludable.
Ante el robo, Al Teatro en Bici reforzará la seguridad: pondrá un guardia y enrejado para proteger las bicis.
El ayuntamiento de Guadalajara pedirá 40 bicicletas más a El Informador, a Lala y Coca-Cola e instalará módulos en Chapultepec y la Normal, para incentivar el préstamo.
El Informador seguirá comprando y prestando bicis para mejorar la cultura vial. Sin embargo, las autoridades de seguridad no se han comprometido a hacer su labor para que todo marche sobre ruedas.

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