La vida de las estrellas

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El cielo que vemos ahora es sumamente parecido al que vieron nuestros padres y abuelos. Pero esta aparente tranquilidad resulta engañosa. Los grandes cambios ocurren a través de millones de años e impactan nuestra vida aquí.
El centro de las estrellas es una “fábrica” donde se produce la mayoría de los elementos que conocemos en la Tierra. Los materiales con los que ahora construimos puentes de hierro fueron creados en el centro de las estrellas de gran masa, para luego ser expulsados al espacio con la explosión de las supernovas. Mucho del carbón que es necesario para la vida y el fluoruro de nuestras pastas dentales fueron creados en las profundidades de estrellas de masa moderada, como nuestro Sol.
Al mismo tiempo que dichos productos están siendo forjados, las estrellas evolucionan. Tras su formación, el Sol, por ejemplo, no cambiará mucho en siete mil millones de años, un periodo de estabilidad que permitió la formación de vida en la Tierra. Pero incluso el Sol cambiará en algún momento, la superficie se expandirá hasta la órbita de nuestro planeta, incinerando toda la vida que conocemos. Habrá entonces inestabilidades convulsivas que resultarán de la expulsión de la mayoría de su masa y el nacimiento de una de las más hermosas estructuras en el universo: una nebulosa planetaria.
Por último, 10 mil años más en el futuro, lo único visible de la antigua Tierra será una estrella blanca, 10 veces más luminosa que el Sol y 35 veces más pequeña.
Todas las estrellas experimentan una muerte como esta. Uno puede observar muchas nebulosas como la descrita con telescopios relativamente modestos. Sin embargo, lo que resulta más notable de ellas es la gran variedad de sus formas. Algunas parecen circulares o elípticas, mientras otras son como mariposas celestiales, cangrejos o escorpiones, o demasiado irregulares para clasificarlas.
Un ejemplo de una nebulosa puede ser apreciado en la fotografía, la cual fue tomada por un miembro de nuestro grupo (Gerardo Larios) a principios de año en el Observatorio astronómico nacional. La imagen muestra nubes de gas expulsado hacia ambos lados de la estrella, un tipo de nebulosa conocido como fuente bipolar.
En el grupo del Instituto de Astronomía y Meteorología hemos investigado el origen de estas figuras, así como las condiciones físicas que hay en las nebulosas. La situación no es clara todavía. Hemos encontrado, por ejemplo, que las estrellas más pesadas tienden a formar nebulosas extrañas. Pero qué causa estas figuras constituye todavía un misterio.
Un posible mecanismo (que sugerí hace 30 años) fue que la rotación de la estrella podría estar implicada y distorsionar el gas expulsado. Dicha versión fue popular por un tiempo, pero una nueva idea vino a reemplazarla: quizá el gas era esculpido por campos magnéticos. Tiempo después surgió la hipótesis de las estrellas binarias (una estrella en órbita alrededor de otra). Sin embargo hace solo un mes, se reportó el descubrimiento de fuertes campos magnéticos alrededor de estas nebulosas.
Tal vez esa sea la respuesta después de todo, pero aún desconocemos los mecanismos responsables de estas “fuentes” enigmáticas y nuestro grupo continuará investigando el asunto con la esperanza de adquirir mayor conocimiento.

* Instituto de Astronomía y Meteorología, Universidad de Guadalajara.

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