La tentación intervencionista

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La situación que afecta a Venezuela podría abrir la puerta a la tentación intervencionista de Estados Unidos, en tanto que México debería de permanecer ajeno y respetar la autodeterminación del pueblo de ese país sudamericano, consideraron académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

El pasado miércoles 29 de marzo, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela asumió las facultades de la Asamblea Nacional al declarar nulas sus decisiones, como represalia al desacato en el que los diputados incurrieron. Lo cual fue tildado de golpe de estado por los legisladores. Sin embargo, esto sólo persistirá hasta el momento en que el Poder Legislativo reconsidere su postura.

Jaime Tamayo Rodríguez, de la División de Estudios de Estado y Sociedad del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), señaló que a lo que ocurre en Venezuela no se le puede llamar golpe de Estado, sino que se trata de una confrontación entre poderes que persistía desde 2016, cuando el congreso tomó protesta a diputados cuya elección había sido invalidada por el Poder Judicial.

“Trump sigue la misma línea de Obama. Eso no debe ocurrir, porque podemos estar o no de acuerdo con Nicolás Maduro, pero si él sigue o no, deberán de decidirlo los venezolanos. Eso no es asunto nuestro”, reflexionó.

El coordinador del doctorado en Ciencia Política del CUCSH, Jaime Preciado Coronado, recordó que desde hace poco más de un año se vienen instalando en América Latina gobiernos que no son progresistas, y eso ha contado con la intervención de fuerzas extra-nacionales, desde la Organización Demócrata Cristiana de América hasta la del Departamento de Estado del gobierno estadounidense.

“El aspecto de tensión entre legalidad y legitimidad se confirma como algo que no hemos podido solucionar y Venezuela es un claro ejemplo en el que la legalidad está sometida a presiones que vienen de fuera, que no son correspondientes a la solución interna de los países, que deberían estar en manos de ese país”, añadió.

Preciado Coronado afirmó que dentro de los cambios impulsados por la llegada de Trump, es que instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA) se están plegando a una política exterior que ya se avizoraba.

“La OEA se pone más al servicio de los intereses de Estados Unidos, y sí creo que esto puede arrastrar a México, que quiere quedar bien con el gobierno de ese país para tener mejores condiciones de negociación. Estamos en el peor de los escenarios del pragmatismo, que implicará que el gobierno mexicano tome un derrotero, como ya lo está haciendo, de meterse en los asuntos internos de Venezuela, apelando a la carta democrática y a una serie de ordenamientos eminentemente intervencionistas”, apuntó.

Tamayo Rodríguez calificó de “vergonzoso” el papel del Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, al cabildear la aplicación de una “carta democrática” en contra de Venezuela, con el objetivo de desligar a ese país de la OEA si no convoca a elecciones en un plazo de 30 días.

“Me da vergüenza que un personaje como Videgaray, que era comprador de votos, el mismo de las tarjetas Monex, aparezca exigiendo procesos electorales en Venezuela, cuando él es un corruptor de la democracia. Venezuela fue de los países que nos apoyó cuando los ataques de nuestro enemigo, que es Estados Unidos y que es Trump. Ahora se convierte en el perro faldero del enemigo, para golpear a los amigos”, señaló Tamayo.

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