La industria del futbol aficionado

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    Aunque no hay un dato preciso, se estima que en la Zona Metropolitana de Guadalajara existen alrededor de sesenta ligas de futbol amateur, que aglutinan más de tres mil equipos organizados, sin contar las ligas de los alrededores de la ciudad y los que practican el balompié en otras modalidades, como futbol rápido o futbol siete. De ahí la importancia de integrar un organismo que las regule.

    Tengo entendido que el sector amateur de la Federación Mexicana de Futbol ha realizado esfuerzos encaminados a lograr su total organización, pero no ha podido porque, aunque usted no lo crea, existen muchos, pero muchos intereses personales que no lo posibilitan. Uno de éstos es la voracidad de los famosos “visores” de los clubes organizados, que no permiten el pleno desarrollo de los jugadores. Uno más es la proliferación de “mercenarios”, exfutbolistas profesionales que se venden al mejor postor.

    Es válido mencionar que el deporte amateur es la base, es lo que sostiene sin dudas la estructura del futbol profesional. El 95 por ciento de los futbolistas profesionales alguna vez jugó aunque sea en inferiores de una liga regional. La súper estrella tiene un pasado, del que muchas veces (y otras no) se olvida. El punto está en saber darse cuenta que son los que menos tienen los que hacen el mayor aporte al futbol en todos lados.

    La premisa que debería imponerse es el “amor a la camiseta”. Se impone más o se defiende la territorialidad, sobre todo, cuando se enfrentan barrios, colonias o poblaciones vecinas. En ese contexto prevalecen ligas que por su organización y trascendencia constituyen un ejemplo para el deporte, como la Cordica, Liga Sabatina de los Animales, Liga Interclubes, Asociación Calzada, que por cierto, festeja en 2017, cien años de existencia. ¡Cien años! Imaginen cuántas historias habrá que contar de ahí. Otras son Clubes Unidos del Estado de Jalisco, Metrogol, Kegolazo, Liga de Oro, Liga el Dorado, Liga Castores, Liga Municipal de Tonalá, de Guadalajara.

    Aunque no se ha captado en su justa dimensión, el futbol aficionado cumple una importante función en el proceso de la integración armoniosa del tejido social. Siempre será mejor ver a los jóvenes en las canchas de futbol que frente a la enajenante televisión o siendo parte de una banda de delincuentes, en las esquinas con caguama en mano, en el antro drogándose o consumiendo alcohol. De ahí la imperiosa necesidad de regular el futbol amateur en todos sus aspectos. Muchas de las ligas mencionadas arriba son modelos de organización. Habrá que apoyarlas.

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