En el poco tiempo que llevo estudiando la carrera de medicina, me he dado cuenta de algo que no está bien con respecto a los alumnos de semestres superiores y los instructores que ayudan en los laboratorios al maestro titular. Es clara la separación que existe entre los más inteligentes y los que no lo son tanto.
El mayor problema es a la hora de compartir conocimiento: muchos prefieren no contar lo que saben, para “ser mejores” que los demás y eso es algo imperdonable. El conocimiento es para todos y todos aprendemos de todos.
Otro punto a tratar es el sentimiento de superioridad de los instructores. Muchos de ellos insultan a los alumnos y los hacen sentir miserables, cuando ellos también son alumnos y su papel debe ser el de apoyarnos para hacer bien las cosas.
La humildad debe ser el valor principal dentro de esta carrera, aun en nuestros inicios como estudiantes, porque es una de las profesiones más nobles que hay. El día de mañana nuestros pacientes agradecerán mucho que existan médicos dignos de serlo.
