La filosofía a la Constitución

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…la filosofía se encuentra en el cruce de caminos del devenir de los individuos. Porque más allá de un saber, se trata de un “saber ser”.
Pierre Sané,
La filosofía, una escuela de la libertad
 
Pudiera parecer extraña la iniciativa que algunos miembros de la comunidad filosófica nacional impulsan con el fin de que la filosofía sea incluida en la Constitución de la Ciudad de México (CDMX). Probablemente a los miembros de otras comunidades de profesionales les resultaría raro pensar que la biología, la historia o las matemáticas formen parte de la Constitución, pero la situación es diferente. También podría argüirse que la filosofía ya ha sido incorporada en todos los planes de estudios de la educación media superior después de que la comunidad filosófica nacional se pronunció en contra de la desaparición de la filosofía de los planes de estudio, pero la propuesta constitucional va más allá. Finalmente podría alegarse que es posible prescindir de la filosofía para ser honestos, pensar ordenadamente o aportar en la generación de ciencia o el arte, pero esta creencia no es del todo consistente.

El interés por considerar a la filosofía como parte de la Constitución de la CDMX es genuino, porque durante el sexenio de Felipe Calderón se pretendió eliminar a la filosofía de los planes y programas de estudio de la educación Media Superior y en varios países se ha dejado de promover el estudio y la investigación filosófica.

La embestida filosofóbica ha motivado la reflexión sobre el sentido de la enseñanza de la filosofía, los aportes que hace a la humanidad, los métodos de su enseñanza, su vigencia, su contribución a la formación de una mejor ciudadanía, los momentos de la vida en que conviene que se cultive y las consecuencias sociales de abandonarla. Como consecuencia de dichas cavilaciones la filosofía en México se ha apuntalado como imprescindible su enseñanza en la educación media superior y diversas comunidades internacionales, como la UNESCO, se han pronunciado a favor de su cultivo en todas las naciones más allá de los ámbitos académicos. La recomendación de la UNESCO se encuentra publicada en el libro La filosofía, una escuela de la libertad, de 2011, donde se señalan las ventajas de estudiar filosofía en todos los niveles de estudio a partir de la educación preescolar. Pero además se especifica que la acción de la filosofía no se agota en los espacios académicos ya que, en innumerables ámbitos de la vida y la sociedad (cárceles, hospitales, tecnificación, contextos violentos, empresas, ámbitos laborales, asilos, etcétera) se presentan interrogantes o experiencia susceptibles de alcanzar una mejor comprensión o abordaje con el auxilio de la reflexión filosófica. El texto completo puede ser consultado y descargado del internet de manera gratuita al teclear su nombre en cualquier buscador. 

Con el lema “La filosofía no es un asunto exclusivo de los filósofos”, durante más de quince años se produjo en Jalisco el programa radiofónico Charlas sobre filosofía. Se partía de la certeza de que los humanos nos preocupamos por despejar interrogantes acerca de la belleza, el futuro, el amor, la amistad, la política, la justicia, la verdad o el bien, y son precisamente estos asuntos humanos los que han ocupado las perdurables páginas de la filosofía.

Guillermo Hurtado, uno de los promotores de esta propuesta constitucional, afirmó en una columna periodística: “Así como el deporte no es propiedad de los atletas olímpicos o la música no es propiedad de los concertistas clásicos, la filosofía no es propiedad de los llamados ‘filósofos profesionales’”. Sin lugar a dudas, así como el deporte o la música alcanzan sus más excelsas manifestaciones cuando forman parte de la vida de la comunidad, la filosofía enaltece a la colectividad cuando su contribución racional está presente en las diversas esferas de la sociedad. 

La aspiración de que la filosofía forme parte de las Constitución de la CDMX me parece equivalente a aspirar a que autoridades y ciudadanía respeten la pluralidad de puntos de vista, que el razonamiento ordenado sea baluarte y guía en las decisiones, que se logren abolir los dogmatismos, que las actividades de la comunidad se orienten más por la razón que por la imposición y que las inquietudes intelectuales de la ciudadanía sean atendidas con la misma responsabilidad y preocupación con que se son atendidas las aspiraciones de salud, justicia y paz.  

Incorporar la filosofía a la Constitución de la CDMX no es una extraña iniciativa, sino una propuesta con un fundamento humanista digna de ser analizada, discutida y valorada considerando la voz de los diversos actores implicados, desde aquellos que se han pronunciado en contra de la filosofía hasta aquellos que creen que la filosofía debe estar presente en todos los rincones de la sociedad. [

* Cuauhtémoc Mayorga Madrigal. Es Profesor Investigador adscrito al Departamento de Filosofía en el CUCSH. Jefe del Departamento de Filosofía. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, de la Asociación Filosófica de México, de la Academia Mexicana de Lógica y del Cuerpo Académico de Lógica, Retórica y Teoría de la Argumentación. Autor del libro Factores etimológicos del desarrollo tecnológico

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