Un letrero: cupo lleno. Adentro, unas 300 personas. El lugar: salón 5, de la Expo Guadalajara, en el marco de la XIX Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Calor. Más de uno se quitaba el sudor de la frente con la mano. Se asemejaba al personaje central de la presentación. Don taquero. Aquella personalidad que se seca el sudor de la frente mientras sirve los cinco de pastor y los tres de lengua.
Eran las 17:00 horas del 27 de noviembre y algunos empezaban a chiflar. Y que sale un personaje al puro estilo doctor Chun Ga, un tal Johnny Petardo. Detrás de aquella peluca poco poblada y calva, de esa prominente nariz, de esa panza cubierta por una camisa roja, de esos lentes y dientes de mazorca, y debajo de unos zapatos verdes de payaso, se encontraba Andrés Bustamante.
La gente aplaudió y luego volvió a repetir la acción cuando Johnny Petardo anunció: “Tenemos la presentación de dos verdaderos próceres de Guadalajara, de Jalisco, del país entero mano…quiero pedirle a todos ustedes un aplauso para los verdaderos estelares de esta tarde, un aplauso por favor para…cómo se llaman estos gí¼eyes”, preguntó. “¡Ah, para Jis y Trino!”, y el calor del aplauso se sintió, solo faltaron unas fanfarrias al más puro estilo del Tío Gamboín.
“Jis, estás muy serio mano”, le dijo el tal Johnny, y pidió un aplauso para que se le “quiten los nervios a Jis”.
Los moneros continuaron con la presentación de su material editorial. Los principales eran Don taquero y el inigualable Santos de Trino, en su volumen nueve. Y la mala noticia llegó de boca de Trino: “Ya no va a haber más Santos”. El “¡ahhhh!” opacaba ahora las risas.
Trino habla más que Jis, se le da. Dice que Don taquero, responde a una compilación de trabajos mientras laboraba con el extinto diario local Siglo XXI. Al hablar sobre ese y otros de sus proyectos y los de Jis, Petardo tenía un comentario que hacía reir a la gente. “Ese es parecido al que presentó hoy, que es de gastronomía”. “Síguele, aquí esta tu gí¼ey de un lado a otro”, decía el Johnny. “Está también Invasiones de Marte”. La respuesta: “ah, es de Jaime Maussan”.
Infinidad de libros de Jis y Trino había en la mesa. Petardo bombardeó con otro de sus chistes: “Es increíble la cantidad de libros de éstos dos. El año que entra se va a llamar la feria del libro de Jis y Trino, y como invitado especial, la FIL”. Otra vez, un masivo jajajaja….jajajajaja.
La presentación pasaba a una segunda parte. Petardo regalaría libros. Dijo que Trino le había dicho que quizá unos tres mil y el otro, sorprendido, negó tales declaraciones.
Petardo lanzó unas esferas navideñas y a través de preguntas que hicieran los que las habían cachado, se les haría entrega del libro.
Y no faltaron las preguntas. Una de ellas, hecha por un adolescente era, “¿por qué invitaron a este amigo?”, refiriéndose a Petardo, a lo que Jis dijo que “por que Derbez había cancelado”. Uy, eso si dolió.
Pero no para tanto. El ambiente de risas seguía y alguien le indagó a Trino si creía que el Atlas llegaría a tener un título. Respondió que sí, pero de la Primera “A”. Otro curioseó a Jis que cómo sabía que la puerquita era sexy –la que utiliza en sus caricaturas-, a lo que respondió que por “el rabo” y una última: “¿Quién ganaría las elecciones de 2006?”. Dieron vueltas a la respuesta sin una contestación clara, política, pero quien sí lanzó el detonante fue Petardo: “Quién sea que gane, da lo mismo, pues todos salimos perdiendo”.
Y al igual que el inicio, Johnny Petardo, despidió a los dos moneros quienes salieron ovacionados como estrellas de rock, y las luces del lugar, flashes de las cámaras fotográficas, focos “chicharroneros” de las cámaras de televisión, se apagaron”.
