La esperanza de la juventud

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    La esperanza depositada en ti no es proyección de futuro bienaventurado, sino decisión permanente para actuar en el ahora. No se trata de que pienses en lo que harás algún día, ni la manera en la que serás una pieza decisiva en la determinación de las cosas. Se trata de que lo seas hoy mismo.

    En cada momento y ocasión, lo importante es que siembres en tu mente los principios que detonen un permanente afán de perfeccionamiento de todo tu potencial humano. Ser mejor hoy y para siempre.

    Piensa que la vida no es sino un camino de mejora y evolución de todo cuanto existe y cuyo centro eres tú.

    La esperanza depende de que aprendas a dinamizar todo lo que en tu vida tienda a estancarse, de armonizar los conflictos que ocasionalmente surjan entre las cosas y las personas, de que comprendas a profundidad el sentido y significado de todo lo que te rodea, para que puedas identificar en cada momento una oportunidad de crecimiento. Se trata de crear y darte el lugar que ocupas frente a ti mismo.

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