La danza como camino de la poesía

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Una forma de sentir el cuerpo más allá de la materia es escuchando las voces interiores —las emociones—, en este caso expresadas con “poesía corporal” en la obra Salvoconducto, propuesta que Anzar, compañía de la Universidad de Guadalajara, presentará en el Festival Internacional de Danza Contemporánea Onésimo González.

Los bailarines Eva Luz Carrillo, Mónica Castellanos y Conrado Morales ofrecerán un fragmento de dicha obra, montada por Pablo Serna, con la que compartirán escenarios con otros grupos en la inauguración del Festival, el próximo sábado 7 de octubre a las 19:00 horas, en el Foro de Arte y Cultura.

Salvoconducto  —estrenada en la segunda edición de la Muestra Internacional Butoh y Expresiones Contemporáneas—, “está basada en la poesía corporal, en estas imágenes interiores que nos vienen; digamos que en esta comunicación interior que tenemos con el cuerpo; de alguna manera hicimos viva esa poesía, haciéndola movimiento”, expresa la directora de Anzar, Mónica Castellanos.

La compañía, con veintidós años de existencia, ha participado desde los inicios del festival, lo que significa “un honor y orgullo”, dice, ya que Onésimo González fue maestro de muchos bailarines. “A partir de que empezaron a hacer la convocatoria hemos intentado participar año con año y, de alguna manera, así lo hemos hecho. Hemos bailado y estrenado coreografías en el festival en el transcurso de sus veinte años”.

El trabajo de Anzar ha sido presentado además en otros foros nacionales e internacionales y se han abierto a diferentes estilos, como el experimental.

La danza es un camino, un reconocimiento interior interminable, “por eso es que Anzar trata de seguir indagando en esa búsqueda, no sólo del cuerpo, sino en cómo uno quiere expresar y compartir nuestro quehacer”, añade Castellanos.

Un ejemplo de ello es justamente Salvoconducto, con la que abordan los lenguajes interiores. “Esa obra tiene un tinte muy emotivo”.

Sobre el vestuario y coreografía de la obra, Conrado Morales explicó que Pablo Serna —también artista plástico— diseñó unas túnicas con acuarelas verde y magenta. Además de maquillaje, contiene elementos como paraguas y la música.

“En la música se aborda el poema que el maestro creó junto con Paloma Martínez, inspirado en todo ese recorrido de su vida en Tamaulipas”. La música es de Debussy, Claro de luna.

La madurez de Anzar
Para Mónica Castellanos, Anzar es una compañía vigente y madura que representa a la Universidad y Guadalajara. Ha incursionado técnica y estilísticamente por la mayoría de las propuestas de la danza contemporánea.

“Uno de los primeros coreógrafos en lograr una transformación en la compañía fue Raúl Parrao, con el que rompimos nuestro esquema”, dijo.

También han trabajado con expertos como Diego Piñón, Katsura Kan, Ko Murobushi, Natsu Nakajima, por mencionar algunos. “La verdad es que somos muy afortunados, porque hemos abordado muchas danzas con diferentes lenguajes y maestros, yo creo que los mejores del mundo”, añadió Conrado Morales, quien fue director de Anzar y es miembro fundador junto con Eva Carrillo.

Inspirador
“Onesimo González fue un bailarín, director, coreógrafo y maestro. A la hora de trabajar con los bailarines nos inspiraba mucho, nos daba muchos elementos en la técnica y el trabajo. Es una leyenda en Guadalajara”, destaca Castellanos.

Él participó en agrupaciones locales e internacionales, de estas últimas en Houston, Chile y Canadá. Fundó la Compañía de Integración Danza Contemporánea de la UdeG, la que se transformó en la Compañía de Danza Contemporánea, concluye Conrado Morales.[

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