La cara de Duarte

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    Paciencia. Pues es la que debemos tener los ciudadanos con la bola de políticos y empresarios y policías corruptos que nos gobiernan, amenazan, amedrentan, saquean y chupan hasta la sangre.

    Prudencia. Ojo, sobre todo si lo dice un clásico cacique priista (o nuevo priista). Como si para juzgar ladrones y asesinos como él tuviéramos que ir con cuidado. Despacito. Cuidadito. Ya sabes, estamos en México.

    Verbal contingencia. Se me hace que la única contingencia verbal digna de mencionarse en México, y que hasta se hizo famosa en todo el mundo, es la controversia sobre el ¡p…! que se grita en los estadios cuando el portero despeja el balón. Si no, ¡chitón! Que a abrir la boca, nunca se sabe que contingencia pueda suceder.

    Dominio de ciencia. Dominio de… ¿qué? Más bien en este país habría que manejar la presciencia, para ver si uno logra esquivar la mierda que le llueve por todos lados. La ciencia qué, al cabo aquí ni importa.

    Presencia o ausencia, según conveniencia. Esta es una verdadera joya, que describe bien la situación del México actual. Me parece que no hay nada que decir. Igual, presencia y ausencia de palabra, ustedes las pongan a conveniencia.

    Falta nada más la cara con que profirió este arcano: bueno, como ya viene el fin de semana, me viene a la mente un: “Ya es viernes, y Duarte lo sabe”.

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