La bici y las lluvias

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    Hace dos semanas algunos colectivos ciclistas salieron a las calles e inundaron algunas arterias de la ciudad con cuerpos desnudos que pedaleaban en bicicleta, en un llamado total de atención hacia las autoridades en un tema que no es nuevo en la sociedad tapatía. Como ya es costumbre, el World Naked Bike Ride se conmemoró en Guadalajara y como si el clima estuviera realizando una especie de check list, las lluvias, traídas por huracanes (uno de ellos con un nombre muy común, Carlos) llegaron. Han sido cerca de cinco trombas las que han azotado a la Zona Metropolitana de Guadalajara y que subrayaron las condiciones inadecuadas para que los ciclistas puedan pedalear por la ciudad.

    Y todo esto sale a relucir con las lluvias ya que los accidentes se incrementan por los pavimentos resbalosos, los baches escondidos bajo los charcos, los propios choques automovilísticos y hasta las alcantarillas abiertas, lo que se convierte en una total odisea y obstáculos para las personas que han tomado la alternativa de la bicicleta como medio de transporte.

    Cabe señalar que el problema aumenta con los bloqueos de calles y avenidas donde el ciclista corre riesgos mayores que cualquier automovilista, por la gran cantidad de obras que se están llevando a cabo en la ciudad. Sin lugar a dudas, ante todos estos riesgos, sería totalmente rentable que las empresas aseguradoras armaran un paquete para los ciclistas que cubran ciertos lineamientos y donde se busque la integridad de la persona, hasta —quizá— la pérdida total o parcial de la bici. Por ahí, se podría empezar muy bien.

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