La Rockola arrabalera

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    Tres mil discos conforman la colección personal de Jorge Triana. Van del rock clásico sesentero, desde su primer acetato, el Sticky fingers de los legendarios Rolling Stones, hasta proyectos actuales como los Fun lovin’ criminals. De este material, 500 son destinados a la Rockola arrabalera, programa que conduce desde hace cinco años y que es transmitido los sábados a las 21:00 horas por el 104.3 de FM.
    Sociólogo, pedagogo, guionista, creador audiovisual, pero sobre todo melómano, Triana es el responsable de este espacio que se caracteriza por ofrecer al radioescucha una “música para oídos finos que la radio dejó en el olvido”.
    El programa inicialmente se llamó la Maraca arrabalera, para pasar luego al mote de Rockola arrabalera. Música de Los xochimilcas, Toni Camargo, María Victoria, vuelve a ser recordada por Triana. Su favorito: Mike Laure.
    “Creo que tengo tres influencias en mi gusto musical. Mi padre prefería el cha cha chá, el danzón y el mambo. Un tío que vivía en Tijuana, escuchaba rock and roll (Check Berry y Little Richard), y otro tío, de los más importantes en la conformación de mis preferencias (trabajé con él a los seis años), oía al Acapulco tropical, las Hermanas Huerta, Mike Laure, que es la programación que ofrezco en la radio”.
    Hablar ante un micrófono dio a Triana, además de “compartir gustos musicales”, la oportunidad de quitarse lo “tartamudo”. Es cierto. Casi 45 minutos habla el locutor de la Rockola arrabalera sobre todo tipo de música y artistas: Chico Ché, Rigo Tovar, Deep Purple, Jimi Hendrix, Sweet Electra, por enumerar a un puñado. Y también de su contacto con la contracultura en Guadalajara durante los sesenta y setenta: los hoyos fonqui, “los apañones a las greñas largas” durante el gobierno de Flavio Romero de Velasco, los centros de diversión en su adolescencia en las colonias Talpita y Cuauhtémoc.
    Eran los tiempos de bikinis y rock, de Mauricio Garcés, de bandas como RIP, Hongo, Toncho Pilatos y los Spiders. De las oldies but goodies. De las consolas y los acetatos.

    Rememoración del “jis”
    del acetato
    Como el viejo sonido “jis” de los discos de acetato, Triana comenta que la programación de la Rockola arrabalera es de música que se escuchaba antes en la mayoría de las estaciones tapatías, como Radio Ranchito o Radio Gallito.
    “Cuando era pequeño mi padre escuchaba la radio por la noche. Llegaba a las ocho o nueve y solo se oía el murmullo de la radio. Yo me quedaba despierto hasta que mi papá la apagaba”.
    Difiere sobre el adjetivo arrabalero que se le ha dado a este tipo de música. “Creo que más bien es música del gusto popular. Me molesta un poco que músicos que tienen toda una trayectoria sean mantenidos en el olvido y los recuerden hasta su muerte, como al Piporro o Rigo Tovar. Guadalajara es mucho de pose en todas las disciplinas”.
    El público de la Rockola arrabalera va de los cuatro años en adelante. El programa onsta de diferentes secciones, como “Baile mi rey”, compuesta de música tropical más movida, como la cumbia o el vallenato colombiano. Hay, incluso, un segmento para niños, como “Cevichito”, que incluye melodías de Cri Cri o canciones de la Sonora Santanera hechas para los infantes.
    Por este programa desfilan cientos de discos poco escuchados o conciertos no llevados al acetato. Cuco Sánchez en versión blues de salón, canciones picantes de Chico Ché, Mike Laure en sonido de rocanrol, tangos bajo la batuta de Daniel Santos, y hasta rarezas como un Rigo Tovar live! en las Fiestas de octubre de 1982.
    Para Triana la música es un ingrediente básico en la vida del hombre: “Te separa o destapa estados de ánimo”. Recibe llamadas que le piden boleros para llorar, danzones o mambos para bailar, rocanroles para viajar o lo se le ocurre al radioescucha. De lo que se trata es de “rescatar todo lo que ronda en el inconsciente colectivo”.

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