La Jalisco una colonia a la deriva

2006

A Salvador González del Toro de nada le ha valido ser ex presidente municipal interino de Tonalá. De todas maneras, una y otra vez ha visto cómo los cristales de su camioneta han sido rotos por pandilleros afuera de su propia casa, tal como les sucede a sus vecinos, en un área de la ciudad que parece haberse vuelto tierra de nadie. Los objetos quebrados son lo de menos, si sus dueños conservan la integridad física. La de uno mismo antes que nadie, cosa que los propios policías practican por saber que pisan terrenos nada favorables a su profesión.
El lugar es la colonia Jalisco, ubicada entre los municipios de Guadalajara y Tonalá, en la periferia de la zona metropolitana, y la cual con alrededor de 150 mil habitantes, según palabras de González del Toro, es considerada como de las más grandes del mundo, pero sin mucho lustre por ello, porque al menos en el ámbito local es reconocida también por sus altos niveles de inseguridad y deterioro social.
Él estuvo al frente de la administración tonalteca apenas 65 días, entre finales de 2007 y principios de 2008, en medio del alboroto que trajo consigo la acusación y encarcelamiento del presidente municipal, Jorge Vizcarra, por su supuesta participación en actos de delincuencia organizada y asesinato, de los que luego sería exonerado.
Tiempo que le fue suficiente al ex presidente municipal interino de Tonalá, para darse cuenta de que aunque se quiera trabajar honestamente por la comunidad, siempre existen “intereses adversos a ello”, que fomentan la impunidad y que ha vivido no sólo como ciudadano, sino como líder vecinal.
Apunta que para los 200 mil habitantes que conforman el sector Tres de Tonalá, las colonias Jalisco, San Gaspar y Coyula, entre otras, faltan elementos de seguridad. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2010 la población tonalteca ascendía a 478 mil 689.
Es obvio que en el problema de inseguridad el factor principal es la concentración de personas, más que la cantidad de policías disponibles, donde influyen elementos de educación y prevención social, en los que debe intervenir la administración gubernamental. Así lo confirma la investigadora de la Universidad de Guadalajara, María Amparo del Carmen Venegas Herrera, quien señala que la mayoría de la población de la colonia Jalisco percibe tan sólo el ingreso del salario mínimo, y sólo cuenta con estudios de primaria.
Lo anterior, afirma, aunado al hacinamiento -generado por el bajo valor del suelo-, facilita la delincuencia y la drogadicción, además de que la población ha estado “marginada” por las autoridades en servicios, obras públicas y vivienda regular que puedan mejorar su calidad de vida.
Advierte que hasta ahora colonias como la Jalisco han quedado “a la deriva” y fuera de las políticas públicas, que sólo beneficiaron el desarrollo en ciertas áreas de la ZMG.
El problema de altos índices de violencia y criminalidad ha “desbordado” a estos vecindarios, por lo que Venegas Herrera cree que es urgente dotar a sus habitantes de mejores programas de seguridad, prevención social, recreación cultural y deportiva, pero también de empleo.

Las pandillas de Tonalá
Para el comisario de seguridad pública municipal de Tonalá, Javier López Ruelas, aun con los evidentes problemas sociales y de inseguridad de la colonia Jalisco y sus alrededores, el municipio de Tonalá está por debajo de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco, El Salto y Puerto Vallarta, en los índices de criminalidad, basándose en los resultados de las encuestas elaboradas por el gobierno del estado; aunque no mencionó quién se encuentra a la cabeza, ya que dijo que la información general la posee la Fiscalía General del Estado.
En lo que sí estuvo de acuerdo López Ruelas, es que el problema de violencia e inseguridad en la colonia Jalisco obedece a causas multifactoriales, en las que intervienen lo económico, la salud, lo biopsicosocial, etcétera; en los cuales debe haber participación familiar, pero también de los gobiernos, porque “tenemos la responsabilidad de ofrecer oportunidades a los jóvenes” que delinquen, y a los que no sólo habrá que sacar de las calles, sino darles “espacios deportivos, culturales y artesanales, e integrarlos como seres productivos”.
Lo anterior resulta explicable, porque a través del pandillerismo se han cometido en mayor medida los delitos de la zona. Luego de hacer mapas criminalísticos, identificaron a 67 de estos grupos en el municipio tonalteca, de los cuales nueve pertenecen a la colonia Jalisco: Los pelones, Los crisantos, Los tormentos, Los kamala, Las chivas, Los 22, Los tres puntos, Los fantasmas (la más peligrosa), y La onda, que se dedican sobre todo a delitos patrimoniales.
Más allá de los crímenes contra la población en general, las riñas entre estos grupos siempre están presentes, ya que compiten por cuestiones de territorio, drogas o “prestigio” en la zona, por lo que el resultado son constantes asesinatos de los integrantes de esas bandas.
Después de la colonia Jalisco, las áreas con mayor incidencia de pandillerismo en Tonalá, son Santa Paula, Barrio Negro, Jauja, Loma Dorada 2 y 3, Loma Bonita y 20 de Noviembre.
Esto se combate —dice el comisario—, con ocho patrullas y 20 elementos en los tres turnos que tienen en tal sector de Tonalá, el cual abarca en 70 por ciento la colonia Jalisco.
López Ruelas indica que para este año cuentan en Tonalá con 25 millones de pesos en total, provenientes de las participaciones locales y federales, de los que 11 millones de pesos se destinan a programas de prevención social, y el resto a equipamiento y profesionalización de los cuerpos de seguridad.
Estos recursos forman parte no sólo del Subsidio a la seguridad pública municipal (Subsemun), que se ejerce en convenio con el gobierno federal, en los que hay alrededor de 25 programas de prevención, como Vecinos en alerta, Escuela para padres, Reglamento de policía y buen gobierno, entre otros, para concientizar a la población, sino también del recién creado Programa nacional para la prevención social de la violencia y la delincuencia, por instrucciones del presidente de México, Enrique Peña Nieto, el cual está enfocado a prevenir el delito, ya no sólo a través de las autoridades, sino también con la colaboración de las familias y la ciudadanía, de manera conjunta con los tres niveles de gobierno. Esto último fue calificado como “histórico” por López Ruelas.
El Programa nacional para la prevención social de la violencia y la delincuencia, cuenta con 2mil 500 millones de pesos para ser ejercidos en todo el país. De éstos, 129 millones son para la ZMG, y de ahí los 11 ya dichos que le corresponden a Tonalá, los cuales en su mayor parte están destinados al rescate de la Unidad deportiva de la Sección 2 en la colonia Jalisco, donde será construido un centro “deportivo, cultural, artesanal y musical”, que centrará sus actividades de prevención en los niños, jóvenes y mujeres. En concreto esperan beneficiar con estas estrategias a 20 mil personas.
López Ruelas comenta que “no hay presupuesto que alcance”, pero que debe ser planeado un trabajo permanente que apueste a la “reacción” de los elementos de seguridad, atacar el origen del problema, y de paso “recuperar la credibilidad en la policía”, la cual en la ZMG quedó más enlodada aún después de las “desafortunadas” declaraciones del alcalde de Zapopan, Héctor Robles Peiro, en las que en días pasados dijo que para combatir al crimen de las pandillas en su municipio todas las noches “agarramos a macanazos a más de 70 jóvenes”.

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