Informar y no morir en el intento

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Los reportes internacionales más recientes denuncian que el periodismo mexicano está entre dos fuegos, en la mira, en tiempos de silencio, en estado de emergencia, censurado por las balas o bajo la línea de fuego”, señaló la investigadora de la Universidad de Guadalajara, María Elena Hernández Ramírez, durante el VI Encuentro Internacional de Periodistas, realizado en el marco de la Feria Interncional del Libro de Guadalajara y en el cual se analizó la situación de la violencia contra periodistas en México y el mundo.
Hernández Ramírez, coordinadora de la carrera de comunicación pública, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades y moderadora de la primera mesa del encuentro titulada “El riesgo de informar y opinar”, señaló que el escenario del periodismo actual es complejo, inédito, confuso y atemorizante. Retomando ideas de la Sociedad Interamericana de Prensa, dijo que el ejercicio periodístico en nuestro país se desarrolla en medio de la peor espiral de violencia.
En la mesa de análisis los ponentes dieron a conocer cifras que describen el escenario actual. De acuerdo a resultados del estudio “Silencio o muerte”, realizado por el Comité para la protección de los periodistas, del 2006 al 2010, más de 30 comunicadores mexicanos han desaparecido, o sido asesinados, el 81 por ciento de ellos realizaban cobertura del crimen, el 38 por ciento a la corrupción y un porcentaje menor de política.
Durante su participación, el director de talleres en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) Sergio Muñoz Bata, explicó que existen cuatro tipos de riesgo para el periodista: el riesgo mortal; el ominoso relacionado con el encarcelamiento y hostigamiento, situaciones en las que China es el peor infractor en el mundo y Cuba en América Latina; el legal y el ético que radica en no denunciar los hechos, falsearlos o darlos a conocer parcialmente. En el caso del riesgo mortal, con base a datos del comité antes mencionado, informó que de 1992 al 2010, ha habido 840 periodistas muertos, 39 tan sólo en el 2010. El 90 por ciento de los casos han quedado impunes.
“El mayor riesgo mortal al periodismo es en países donde las autoridades e instituciones funcionan con debilidad”, apuntó el especialista y agregó que más de 450 periodistas se han exiliado porque no pueden trabajar en su país. Es así que “uno de los fenómenos que se produce con este tipos de estadísticas es la autocensura”.
Continuando con datos del estudio, Muñoz Bata dijo que en el mundo, las coberturas más peligrosas son: la política, la guerra, la corrupción, el crimen y los derechos humanos. El estudio arroja que se sospecha que los asesinos son: grupos políticos, autoridades gubernamentales, desconocidos, grupos criminales, para militares y ejércitos.
Por su parte, el periodista mexicano Raúl Peimbert, destacó que ante la situación actual, no es fácil proponer soluciones para mitigar los riesgos que corren los periodistas. Sin embargo, destacó que la experiencia colombiana es la que nos podría otorgar los elementos para entender la situación que atraviesa México y mitigar e intentar frenar la violencia. Recordó que en Colombia, después del asesinato del periodista Guillermo Cano, toda la prensa colombiana se unió durante 24 horas y no dieron a conocer noticias de ningún tipo. “Fue una manifestación muy importante de lo que puede lograr la prensa unida. El silencio fue una señal de duelo y una forma de hacer sentir a la sociedad la crucial labor que la prensa puede lograr. Demostraron que la prensa no sería silenciada tan fácilmente”.
El especialista agregó que esta medida sirvió para luchar contra el miedo. Aunque no han sido la solución, son experiencias que pueden inspirar y es un primer paso.
Más allá de contar muertos, es necesario contar lo que la gente está sufriendo con el narco y la vida que le ha impuesto este fenómeno a la sociedad mexicana, afirmó Javier Valdez Cárdenas, fundador del diario Río Doce, en Culiacán, durante la mesa de discusión “¿Saben los medios manejar profesionalmente el tema del narcotráfico? Periodistas: cronistas o causa de la violencia”.
“La cobertura que hemos realizado es una cobertura mediocre, insensible, inhumana y deshumanizante. Un “ejecutómetro” es una vileza, porque estamos dando a conocer números y nos olvidamos de las personas. Ese es el reto de los medios, contar personas y latidos y dejar de contar casquillos (…), la vida que impone el narco no la estamos reflejando en los medios. El narco nos impone una forma de vida, cedimos la calle, la banqueta para encerrarnos en nuestras casas (…) y en los medios no leemos la situación de estas ciudades enfermas, con un nivel de paranoia y psicosis”.
Valdez Cárdenas y Alejandro Almazán, periodista mexicano ganador en tres ocasiones del Premio Nacional de Periodismo, hablaron de manera abierta sobre el miedo que sienten al escribir textos relacionados al narco. Dijeron que el miedo que viven principalmente reporteros en Culiacán o Ciudad Juárez ha provocado que el reporteo sea de manera colectiva y al momento de escribir, piensen en lo que no es recomendable publicar y omiten hasta el 90 por ciento de la información.
“Todos tenemos miedo, hay que saber qué terreno está uno pisando y administrar la información. Preferible es publicar una parte que el silencio. Hay una amenaza indirecta y uno tiene que pensar en el narco cuando estás escribiendo la nota”.
Al respecto, Almazán aclaró que lo que buscan es contar lo que está pasando, es decir, las historias de la vida cotidiana sin hacer una apología del narco. “No trabajamos para cárteles, ni tampoco hacemos una apología del narco. Contamos lo que está pasando, cada quién con su ángulo”. En su experiencia personal, relató que debido a amenazas, ha tenido que huir de ciudades como Juárez, por lo que la autocensura y la decisión de no firmar sus notas es producto del miedo de ser asesinado. “No es fácil. Miedo tenemos un chingo. Yo trato de cuidarme y creo que no debe de haber valientes, no debe de haber héroes”.
En la discusión Diego Osorno, periodista que ha cubierto diversos conflictos en países como Líbano y Siria, explicó que en los medios impresos se destaca una pornografía de la violencia que siembra miedo en la sociedad. Para contrarrestar este efecto, dijo, “debemos contar historias que combatan el miedo con información; ver el narco desde otros puntos (…) no contar 30 mil muertos, sino 30 mil historias”.

Los medios en la construcción
de la democracia
Otro de los temas del encuentro de periodistas fue: “¿Qué hacer? El periodismo en los procesos electorales”. La conferencia fue dictada por Pere Oriol Costa, Especialista en comunicación política, de la Universidad de Navarra, y quien fue presentado por Francisco Aceves, investigador de la UdeG.
En su participación Pere-Oriol dijo que las elecciones también representan una oportunidad para hacer un servicio al país si optan por ser una guía de los ciudadanos y por presentar las condiciones con pluralidad. Sin embargo, dijo que “los medios nos han producido una gran decepción y nos preguntamos si están ayudando a construir una democracia”. Esto debido a que utilizan los procesos electorales para financiarse y ganar audiencia.

El periodismo debe ser también literatura
En la mesa se pusieron a discusión “Los periódicos centenarios y la literatura”. Roberto Castelán Rueda, académico de CULagos, al moderar la mesa, dijo que “el periodismo ha sacado adelante la literatura, cultura y las artes “por eso cumple una función importantísima en el rescate de la identidad nacional de nuestros países”.
En su participación, el periodista Carlos Aganzo, director de El Norte de Castilla, el diario más antiguo de la prensa Española, dijo que los periódicos no deben prescindir de su dimensión cultural.
Coincidió Carlos Sherer, subdirector del periódico El Mercurio, de Chile, diario con más de 180 años de vida. “No queremos que la lectura del diario se convierta en una experiencia agobiadora o abrumadora por los hechos crudos que se publica. La sección de cultura aporta una pausa”. En la mesa también participó Marianne Blanco, periodista de El Comercio, de Lima Perú, el cual tiene 171 años de existencia.
En el VI Encuentro Internacional de Periodistas también se discutieron los temas: cooperación internacional entre periodistas, crisis en el periodismo de investigación y crónica periodística en los tiempos de internet.

Periodistas ausentes
Durante el encuentro se suscitaron las ausencias involuntarias de tres periodistas. El colombiano Alejandro Castaño no pudo asistir porque le fue negada la visa; Mardonio Carballo, colaborador de emequis y jurado del Premio Jalisco de Periodismo 2010, fue detenido injustamente por polícias del municipio de Tlaquepaque, y Anabel Hernández, quien participaría el día sabado en la mesa de discusión “Crisis en el periodismo de investigación”, justificó su ausencia debido a amenazas de muerte que recibió después de presentar su libro Los señores del Narco en la FIL.

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