Ilusiones extracorporales

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Viajar fuera de nuestro cuerpo es tan fácil como experimentar una ilusión visual con cámaras de video, de acuerdo a una serie de investigaciones.
Lo que se debe de hacer es simplemente sentarse en frente de dos cámaras que van a estar grabando su espalda y usar unos lentes especiales, los cuales van a mostrar las imágenes de la cámara izquierda a su ojo derecho y la cámara de la derecha al ojo izquierdo.
Entonces se le debe de pedir a un amigo que toque el pecho de uno y que al mismo tiempo haga el mismo movimiento detrás de nosotros enfrente de las cámaras.
En cuestión de un minuto, de pronto va a tener la extraña sensación de que va a estar sentado donde están grabando las cámaras y no donde realmente está.
Para lograr esta misma ilusión de manera más barata y fácil, pero menos poderosa, se pueden usar dos espejos que se instalan uno frente a otro; uno debe de pararse frente a uno de los espejos y apoyarse de tal manera que sólo dos tercios de la cara se reflejen; entonces uno debe de rascarse la mejilla y mirar fijamente el espejo alternadamente a tu cara reflejándose, o bien a la imagen de tu espalda, y en unos segundos no vas a reconocer el reflejo de tu cara como tuyo.
Este tipo de experimentos fueron llevados a cabo por Eric Alschuler de la Universidad de Medicina y Odontología de Nueva Jersey en Newark, quien reportó sus estudios en la revista Perception de abril del 2007 (Altschuler & Ramachandran, 2007).
Se debe de admitir que este tipo de experimentos no encaja perfectamente con lo que han relatado las personas que han tenido experiencias extracorporales, en las llamadas experiencias cercanas a la muerte, quienes dicen que flotan fuera de su cuerpo y que continúan observando las escenas desde arriba del cuarto; pero otros dos estudios publicados en la revista Science de agosto del 2007, muestran cómo el cuerpo y el yo pueden ser desconectados, usando otra vez cámaras de video.
Henrik Ehrsson del Instituto Karolinska de Estocolmo, reporta un método para la cambiar la percepción de la localización en el espacio de nuestros cuerpos y hacer que sintamos que estamos localizados fuera de nuestro cuerpo físico (Ehrsson, 2007).
Él trabajó con siete hombres y 11 mujeres, usando el método de las cámaras y los lentes especiales que mencionamos arriba, hasta que todos los sujetos sintieron la ilusión de haberse desplazado fuera de su cuerpo (algunos de ellos se sintieron mareados, a otros sólo les dio risa; pero a algunos de ellos verdaderamente les impresionó la ilusión).
Pero la aportación de Ehrsson fue intensificar la ilusión haciendo como que utilizaba estímulos dolorosos (en vez de tocarles el pecho simulaba que los iba a golpear con un tubo); todos los sujetos saltaban, hacían muecas de dolor y la conductividad eléctrica de la piel se les disparaba por la alarma de que los fueran a dañar, a pesar de que el investigador les había asegurado de que no les iba a hacer daño.
En un estudio similar, Olaf Blanke y sus colegas (Lenggenhager, Tadi, Metzinger, & Blanke, 2007) del Instituto de Mente y Cerebro del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana en Suiza, persuadieron a sus sujetos de que ellos no estaban donde realmente se encontraban parados al tocar sus espaldas y proyectar una imagen de realidad virtual dos metros delante de donde estaban localizados.
Nueve mujeres y cinco hombres fueron movidos de su sitio y luego les dijeron que regresaran a su lugar original y todos ellos en realidad se movieron a donde había estado parada su versión virtual.
Esta misma ilusión se cumplió cuando en vez de su versión virtual se les ponía un maniquí o un simple bloque de metal.
También indican que la autoconciencia comienza, con el darse cuenta de uno en un cuerpo particular; nos dan indicios de cómo puede emerger la perspectiva de la primera persona, ya que puedes ser consciente de ti mismo sin tener una experiencia de tu cuerpo.
Estas investigaciones pueden tener consecuencias prácticas, más allá de ser utilizadas como una forma de desacreditar a los chamanes; se le está pensando usar en la telecirugía (permitiendo operar a los cirujanos a distancia), para la exploración del espacio exterior (permitiendo a los manipuladores de robots sentirse como si estuvieran en mundos distantes) o bien para generar avatares virtuales que puedan ser usados como terapia para la anorexia al ayudarles a cambiar su propia imagen corporal.
Pero también se está pensando usarlas en aplicaciones más fatuas como juegos de realidad virtual. Todavía no se sabe si la conciencia (la sensación que tenían los investigados de estar en una cierta localización espacial que podía o no coincidir con la de su cuerpo) puede ser transferida de persona a persona; tampoco se sabe cuáles son las áreas cerebrales que subyacen a esta ilusión, pero se sospecha que pueden estar involucrados los lóbulos parietal y temporal.
Vilayanur Ramachandran de la Universidad de California, en San Diego, ha concluido de este tipo de experimentos que la ventaja es que han mostrado una manera simple de producir experiencias extracorporales en personas normales, lo cual indica que las experiencias extracorporales reportadas anteriormente son sólo un truco del cerebro.
Este texto se basó en los siguientes artículos:
Altschuler, E., & Ramachandran, V. (2007). A simple method to stand outside oneself. Perception. 36 (4) , 632-634.
Ehrsson, H. (2007). The Experimental Induction of Out-of-Body Experiences. SCIENCE. 317 .
Lenggenhager, B., Tadi, T., Metzinger, T., & Blanke, O. (2007). Video Ergo Sum: Manipulating Bodily Self-Consciousness. Science. 317 .

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