Con una conferencia impartida por Patricia Rosas Chávez, coordinadora de Innovación Educativa y Pregrado de la Universidad de Guadalajara, la Preparatoria Regional de Chapala inauguró la Cátedra Jaime Ramírez Álvarez, que será un espacio de reflexión y análisis para enriquecer la vida de la región.
“El Consejo de Escuela aprobó la creación de esta Cátedra, pues queremos homenajear a un personaje importante para esta región, jubilado de nuestra preparatoria. Aquí hay exalumnos del maestro y amigos que pueden constatar su trabajo. Este es un justo homenaje a un humanista”, dijo el director de la escuela, Juan Ramón Álvarez López.
El maestro Jaime Ramírez Álvarez, nacido en 1931, al recibir el reconocimiento de la comunidad académica se dijo profundamente honrado. “Renací cuando vine a Chapala ya jubilado y me incorporé a esta preparatoria. Muchas gracias”, dijo entre aplausos.
La conferencia de la doctora Rosas Chávez, titulada “El desafío de formar a los ciudadanos del siglo XXI”, versó sobre cuatro ejes: la innovación y los avances del conocimiento; el aprendizaje en la época actual; la formación integral; y reflexiones para los docentes.
Rosas Chávez habló sobre lo que definió como “el péndulo de la educación”, término que utilizó para referirse a cómo la educación está volviendo a tener una visión integral, dejando atrás la visión fragmentada del conocimiento. Es decir: transitando no sólo a una multidisciplinariedad, sino a la transdisciplinariedad.
Añadió que la educación ha pasado de ser “un cuerpo de conocimientos o información almacenada hacia un cuerpo de habilidades donde reinan la flexibilidad, las inteligencias múltiples y el pensamiento complejo”.
Citando a la filósofa Martha Nussbaum, recomendó que para formar personas que actúen con sensibilidad y agudeza mental como ciudadanos del mundo hay que enfrentar la pasividad del alumno, fomentar la argumentación crítica y crear la conciencia en el estudiante de que es miembro de una comunidad que abarca a todos los seres humanos. “Hay que educar en los valores de la tolerancia y la convivencia social”, reflexionó.
Recomendó que no hay que castigar el error, sino que los errores son una fuente de aprendizaje y se deben usar métodos de enseñanza que se apoyen en metas y objetivos explícitos.
