Gustavo Ariel Kauffman

972

Como ámbito público de la libertad de expresión, internet ha sido mal entendido por personas que vierten mensajes de odio y prejuicios, y por eso urge una regulación efectiva de estos espacios, señaló Gustavo Ariel Kauffman, autor del libro Odium dicta: libertad de expresión y protección de grupos discriminados en internet, recién publicado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

El investigador argentino participó en el Coloquio de Ética Pública, en el Auditorio Adalberto Navarro Sánchez del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), donde señaló que, aunque internet representa la mayor expansión en derechos individuales en la historia del mundo, al mismo tiempo puede relegar lo peor de que somos capaces los seres humanos. Y es que, dijo, el espacio virtual opera con una libertad irrestricta, la cual debe defenderse, pero hay quienes la desvirtúan con un potencial destructivo y aniquilador. Todo en medio de un marco jurídico incierto que desampara a los grupos vulnerables.
   

El autor define a las expresiones de odio como odium dictum, y lo conceptualiza como una “opinión dogmática y destructiva respecto a ciertos grupos históricamente discriminados: “Al buscar en Google la palabra ‘odio’ hay 71 millones de resultados. Si tecleas ‘odio a los judíos’, 344 mil. Y si tecleas ‘odio a los musulmanes’, 473 mil. Y a los cristianos, 879 mil. ‘Odio a los mexicanos’ aparece 810 mil y a los argentinos, poco menos, 699 mil. Y si buscáramos en otros idiomas los resultados serían diferentes.

Internet está lleno de odio por todos lados. Hagan su propio ejercicio y lo verán”, ejemplificó.
Defendió la existencia de internet y la inclusión que representa, pues no hace falta ser un gran escritor o un gran académico para decir lo que se piensa.

“La gente se siente muy bien en internet y ejerce su libertad. Hay una consecuencia colateral: que algunas de las cosas que se dicen en el internet ejercen daño directo sobre grupos vulnerables, y ciertos grupos vulnerables no pueden usar internet del modo totalmente libre que quisieran para charlar, investigar o comprar porque se sienten agredidos. Lo que estamos creando es un internet como un barrio homófobo, donde si entra un gay será insultado y no volverá a entrar a ese barrio. Las personas históricamente vulnerables no podrían entrar porque son atacadas con mensajes de odio. No se trata de la censura política o la censura de las ideas, sino de crear un espacio que tiene que ser libre para todas las personas, como la calle o la vida pública”.
 
¿Cómo tendría que ser el marco para evitar esos ataques?
Ese es el tema que trato en mi libro. Es un tema complejo, no es fácil sobre todo porque en internet la gente se expresa de modo anónimo, no hay fronteras, pueden venir cosas de cualquier país del mundo, ningún estado puede controlarlas, pero puedes también ejercer medidas, ir hacia cierta dirección y eso requiere un nivel de cooperación internacional que hoy no existe. Lo que necesitamos es trabajar con internet para que sea un espacio libre para todos.
 
¿Cuáles son los grupos vulnerables más atacados en la red y las agresiones más comunes?
En cada país tienes grupos vulnerables distintos. No todos los mensajes tienen el mismo nivel de discriminación. Y les doy ejemplos. Si dices: ‘Hay que matar a todos los sindicalistas, hay que matar a todos los políticos del partido X o Y’, es desagradable y hay gente que se puede sentir mal, pero ese no es un mensaje de odio. Ni los políticos ni los sindicalistas son grupos vulnerables. Si cambias la frase y dices: ‘Hay que matar a todos los gays’, es la misma frase, dice lo mismo por el mismo medio, pero el contexto cambia completamente. Si dices ‘A las mujeres hay que someterlas’, porque hay gente que lo dice, vas a internet y lo vas a encontrar, eso es totalmente insoportable y crea situaciones donde las mujeres no pueden del mismo modo que los hombres entrar a internet. Hubo experimento en una universidad con perfiles falsos en un chat. Los perfiles de hombres podían hablar y decir lo que querían y los ataques eran marginales. Pero los perfiles de mujeres, más del 90 por ciento recibieron propuestas sexuales y les empezaron a decir toda clase de cuestiones incómodas. No pueden participar del dialogo porque las atacan. Nuestras vidas en 10, 20 o 30 años serán vividas cada vez más en internet y los grupos históricamente vulnerables no podrán ir a internet del mismo modo que las personas no vulnerables, lo cual es algo totalmente insoportable.

Artículo anteriorPresentan examen de admisión a nivel superior más de 35 mil aspirantes
Artículo siguientePrograma de Estímulos Económicos a Estudiantes Sobresalientes, Convocatoria 2016-2017